La Fiscalía de Pontevedra pidió esta mañana a los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial la absolución de un interno del centro penitenciario de A Lama acusado de dos delitos de violación y uno de abusos sexuales supuestamente cometidos contra otro recluso. Curiosamente, el fiscal decidió mantener su escrito de acusación, en el que solicita penas que suman hasta 27 años de cárcel para el procesado, "por si el tribunal entendiese que hubiera entendido erróneamente la prueba", pero el Ministerio Público defendió en su informe una sentencia absolutoria al considerar que hay "dudas razonables" que ponen en cuestión la versión de los hechos que mantiene el denunciante.

La acusación particular, que ejerce el denunciante, retiró la acusación por un supuesto delito de abusos continuado; al no quedar acreditado, pero sí que persistió en su petición de condena por los dos delitos de agresión sexual. Insiste en que el acusado forzó a su cliente, cuya declaración se desarrolló a puerta cerrada, a mantener relaciones sexuales en el baño de uno de los módulos del centro penitenciario. La defensa pide la libre absolución.

Las "dudas razonables" sobre la culpabilidad del acusado a las que alude el fiscal vienen dadas, según él mismo indicó, en los "vaivenes" en la declaración de la víctima a lo largo de todo el proceso al hacer mención en alguna ocasión y en otras no en que ambos internos mantenían una relación sentimental. El acusado, en su declaración, aseguró que las dos relaciones sexuales que mantuvieron ambos en la cárcel no solo fueron consentidas sino que era el denunciante "quien me insistía en mantenerlas". Además, el acusado, que padece una discapacidad física, aseguró que es materialmente imposible que el pudiera doblegar o forzar al otro interno a mantener relaciones sexuales con él, dado "que yo no le puedo". Cree que le denunció por dinero e incluso el fiscal añadió otro posible motivo por el que su compañero se pudo enemistar con el acusado: "que le dejase de entregar productos del economato", como había hecho en otras ocasiones. El acusado negó, como se indicaba en el escrito de acusación, que obligase a mantener relaciones sexuales al denunciante bajo la amenaza de que, de lo contrario, hablaría mal de él para que no pudiera obtener permisos penitenciarios.

Por otro lado, el fiscal y la defensa también llamaron la atención sobre el informe forense realizado apenas dos días después de una de las supuestas agresiones sexuales en el que no se le apreció ninguna lesión al denunciante que pudiera hacer pensar en una relación sexual forzada con otra persona con vía anal, algo que es poco frecuente, según la forense, en una agresión sexual por vía anal. Sí presentaba unos hematomas pero estos no coincidirían con la fecha de la agresión, dado que serían más antiguos. El juicio quedó visto para sentencia.