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Estiman que la lancha que arrolló al médico en Silgar iba a entre 17 y 20 nudos de velocidad

La Guardia Civil debe fijar el lugar del siniestro, dado que el límite en zona de baño es de solo tres nudos -Ambos nadadores llevaban consigo la boya de señalización

Así pilota la lancha con la que arrolló al médico coruñés el patrón de Sanxenxo

Así pilota la lancha con la que arrolló al médico coruñés el patrón de Sanxenxo Tactic Audiovisual (Imágenes cedidas por la RFEM)

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Así pilota la lancha con la que arrolló al médico coruñés el patrón de Sanxenxo R. P.

Velocidad y distancia a la costa. Estas son las dos equis a despejar en la investigación que realiza la Guardia Civil de Pontevedra sobre el accidente marítimo del pasado Viernes Santo en la playa de Silgar que costó la vida al oftalmólogo coruñés Juan Tábara tras ser arrollado por una lancha de competición mientras se encontraba nadando.

Sobre todo, parece que va a ser decisiva a la hora de establecer las posibles responsabilidades en el siniestro, si las hubiera, la distancia a tierra en la que se produjo el suceso. Algo en lo que parece que hay versiones bastante contradictorias entre las personas y testigos que se vieron involucrados en el mismo.

Fuentes conocedoras de la investigación confirmaron ayer a FARO que la versión ofrecida a las autoridades por el piloto de la embarcación es que salió con la lancha desde el puerto de Sanxenxo y enfiló hacia Punta Vicaño, sin que observase ningún obstáculo o peligro en su trayectoria y en una zona que él considera que estaba fuera de los 200 metros que se establece como zona de baño cuando la playa no está balizada, como era el caso. Asegura que ni tan siquiera se dio cuenta de que hubiera arrollado al bañista fallecido hasta que se lo indicaron desde tierra por medio de una comunicación externa.

El nadador que acompañaba al fallecido asegura que sus relojes con GPS los ubican a solo 187 metros de la costa en el momento del suceso

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Por el contrario, algunos testigos indicaron que el suceso se produjo dentro de la zona de baño, cerca de la Madama de Silgar. El propio compañero de Juan Tábara, Quique Vila, explicó que no habían nadado estos 200 metros cuando le advirtieron del suceso y concretamente apuntó a que los relojes GPS que portaban los dos nadadores marcaban una distancia recorrida de en torno 187 metros, tal y como indicó ayer mismo.

Playa de Silgar, ayer, con la característica “Madama”. | // RAFA VÁZQUEZ

El lugar en el que se produjo el suceso es clave, dado que la Guardia Civil trata de determinar si el arrollamiento al bañista por parte de esta lancha de competición ocurrió o no en lo que se determina como zona de baño. Según los expertos en reglamento marítimo consultados, en una playa que no está balizada cualquier persona que patronee una embarcación debe entender que esta se extiende en una franja de 200 metros desde el litoral en la que no puede superar la velocidad de tres nudos. Las estimaciones realizadas por los investigadores señalan que la embarcación podría circular a una velocidad de entre 17 y 20 nudos en el momento del siniestro. Los testigos del suceso también apuntaron que la embarcación navegaba con velocidad.

La normativa al respecto es clara: Se consideran zonas exclusivas para los bañistas aquellas que están balizadas. Si no lo están, se respetará como zona de baño hasta los 200 metros de la playa y si en lugar de playa es una cala o simplemente costa, por ejemplo, la limitación se extiende hasta los 50 metros. Y siguiendo con este supuesto, la ausencia de balizamiento, son zonas de tránsito compartido, tanto por bañistas como por patrones, estando obligados los primeros a indicar su posición con boyas y los segundos a no superar los 3 nudos de velocidad.

Llevaban las boyas

Para despejar cualquier duda a este respecto, Capitanía Marítima de Vigo (que tiene jurisdicción sobre las rías de Vigo y Pontevedra) divulgó hace años un edicto en el que incidía además en la obligatoriedad de los nadadores y patrones de cumplir con las citadas normas cuando transiten por esta franja del litoral.

No obstante, los citados expertos recalcan que más allá de los 200 metros, “y con más motivo”, sigue vigente la obligación para el bañista de nadar con la boya señalizadora; como también el patrón, en aras del principio de precaución, “debe cumplir con el principio de vigilancia”, asegurándose de que tiene la trayectoria libre de cualquier obstáculo y adecuando la velocidad en caso de cercanía de bañistas, submarinistas u otras embarcaciones.

Ambos nadadores usaban la boya de señalización

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En este caso, según la investigación, ambos nadadores usaban la boya de señalización, por lo que el piloto de la embarcación debería respetar este “principio de vigilancia”. Al parecer, ambas boyas fueron rescatadas junto a los nadadores por el yate que les prestó auxilio tras el suceso y que recogió el cuerpo sin vida de Juan Tábara.

La embarcación implicada en el arrollamiento mortal en Silgar (Sanxenxo), durante un entrenamiento en una imagen facilitada en febrero por el equipo.

El GPS del buque y el de los relojes de los nadadores permitirán fijar su posición

Fuentes conocedoras de la investigación señalaron que, en todo caso, no debería resultar complicado para la Guardia Civil determinar con exactitud tanto la distancia a la que estaba la lancha de la costa cuando impactó con el bañista, ni tapoco su velocidad. Los investigadores han extraído de la nave de competición la tarjeta del plotter, el aparato que graba la trayectoria del buque mediante su posición GPS.

Los investigadores han extraído de la lancha la tarjeta del plotter, que graba la trayectoria de la embarcación por GPS

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Ayer, los investigadores de la Guardia Civil ultimaban el atestado definitivo que remitirán al juzgado número tres de Cambados que, de momento, ha recibido uno preliminar dando cuenta del fallecimiento de esta persona, tal y como confirmó el TSXG.

Además, fuentes de la investigación también confirmaron que los dos nadadores, Juan Tábara y su acompañante que resultó ileso, portaban relojes con GPS, lo que sin duda permitirá determinar su posición exacta. Por otra parte, finalizada la inspección ocular de la embarcación por parte de la Guardia Civil, ayer fue retirada del puerto deportivo de Sanxenxo y entregada a sus propietarios para su conservación en una nave adecuada para ello.

Se trata de una lancha rápida de competición del equipo de Sanxenxo “Tuentichu” que participaba en pruebas de la clase “Endurance”. De hecho, estaba anunciada su participación la semana próxima en una competición en Benalmádena, prueba con la que iban a estrenar el calendario de 2022. El equipo también había comunicado su presencia en campeonatos en Blankerberge (Bélgica), en junio, y en Como (Italia), durante el segundo fin de semana de octubre.

El siniestro abre el debate sobre la conveniencia de balizar las playas antes de la temporada estival

El accidente que costó la vida al reputado oftalmólogo coruñés Juan Tábara también ha abierto el debate sobre la conveniencia de adelantar el balizamiento de las zonas de baño a épocas como esta de Semana Santa o incluso otros puentes festivos como el de Primero de Mayo en el que ya se registra una importante afluencia de bañistas a las playas. Así lo explica al menos Nuria Rodríguez Suárez, presidenta de la Federación de Salvamento e Socorrismo de Galicia (Fessga) que considera esta “una medida conveniente y necesaria”. “Si no se dotan las playas de socorristas en estas fechas en las que ya hay una gran afluencia de bañistas, cuando menos es una medida de seguridad muy positiva el balizado, que además no es caro”. El Concello de Sanxenxo, que prefirió no pronunciarse al respecto de este siniestro, sí confirma que no es obligatorio el balizamiento, algo que sí se lleva a cabo en verano.

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