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La Granja de Briz, con todos los sentidos

El “pulmón urbano” de Marín cumple más de una década como un espacio de ocio único

Laguna artificial y parque infantil de la Granja de Briz, situados frente a la fachada trasera del edificio principal. Rafa Vázquez

Tras más de diez años funcionando como espacio público, la Granja de Briz supone uno de los enclaves más representativos de todo el entorno de Marín, no solo por la naturaleza que envuelve a este paraje, sino también por las numerosas funciones que alberga entre sus puertas.

Su historia se remonta a la época de los monjes de Oseira, pero a principios del siglo XIX la desamortización de los bienes de la Iglesia Católica impulsada por el ministro Juan Álvarez Mendizábal llegaba a tierras marinenses. Fue entonces cuando Roberto Munáiz, a la postre alcalde de la villa, adquiere los terrenos, permaneciendo estos en el seno de su familia –propiedad después de su sobrino, Marcelino Briz– durante más de 150 años. Adquiridos por el Concello de Marín en 1999, abrió sus puertas en 2011 como “parque de los sentidos”.

Las actuaciones que se celebran en el auditorio al aire libre son uno de los mayores atractivos de la finca de Briz. Rafa Vázquez

Hoy en día, el Concello utiliza sus instalaciones para aglutinar varios servicios. En el edificio principal, se encuentran las dependencias municipales utilizadas para Igualdad, Servicios Sociales y el CIM (Centro de Información á Muller de Marín), entre otros. Unos pasos más adelante, se encuentra una segunda casa, frente a la laguna artificial instalada en una de sus últimas renovaciones. Allí opera la Escuela de Música Municipal, donde, además de impartir clases, se reúne la Banda de Música do Morrazo.

Al mismo tiempo, la pequeña casa de piedra que se sitúa detrás del auditorio al aire libre es, desde hace años, la sede de la agrupación local de Protección Civil.

La Granja de Briz, con todos los sentidos | RAFA VÁZQUEZ

Un activo municipal

La versatilidad que ofrece la finca, verdadero “pulmón urbano” para Marín no pasa desapercibida para los dirigentes locales. “Es un lugar único, muy cómodo para que las familias puedan salir de lo cotidiano y hasta pasar el día sin alejarse mucho de lo que es el casco urbano”, explica Marián Sanmartín, concelleira de Benestar Social y Medio Ambiente. En Briz también se acogieron varias celebraciones que desde el Concello recuerdan como históricas, como las dos ediciones de Samaín que se celebraron allí, en las que participaron más de 3.000 personas, así como otras ocasiones especiales al estilo de las graduaciones de los institutos de Marín, que se suelen celebrar en el auditorio descubierto si la climatología lo permite.

Uno de los edificios en el interior del espacio acoge la Escuela de Música Municipal, donde se dan clases sobre la materia y se reúne la Banda de Música do Morrazo. Rafa Vázquez

Pero, para albergar todos esos eventos, desde el Concello admiten que la inversión y las mejoras a lo largo de los años han sido continuas. “Al final, es un poco nuestra niña mimada, porque hay que invertir y siempre hay cambios que hacer con el paso de los años”, comenta Sanmartín, haciendo especial referencia a las zonas de madera que sufren cierto desgaste con la climatología del lugar, así como el mantenimiento de los espacios de naturaleza más salvaje, donde se tuvo que hacer una tala controlada de algunas especies arbóreas por motivos de seguridad.

La finca de Briz aloja en su interior varias zonas de juego, una de ellas de corte musical. Sin embargo, la que más éxito tiene es la que se sitúa en la parte alta, con el tobogán gigante. Rafa Vázquez

La edil marinense también quiso destacar los contactos por parte de varios colegios de la zona en las últimas semanas para hacer excursiones a la finca, con la mente puesta en disfrutar de la naturaleza en plena primavera y con el verano a la vuelta de la esquina.

El enclave marinense cuenta con múltiples áreas en las que se puede disfrutar de la naturaleza, con estanques, arboledas y zonas de descanso. Rafa Vázquez

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