Aforos casi al completo en todos los sectores, reabren las barras de los bares, se amplían horarios, en especial en el ocio nocturno... Pontevedra, al igual que toda Galicia, entró ayer en la “nueva normalidad” tras levantarse el estado de alerta sanitaria, si bien las autoridades insisten en la “prudencia” para evitar que el COVID se extiende una vez más. Esta nueva situación llega con el área de Pontevedra-O Salnés como la que más casos nuevos se detectan en los últimos días. Así, el Sergas notificó ayer cinco nuevos contagiados en este distrito, hasta llegar a los 52, el doble que el 13 de octubre. Solo en Santiago hubo ayer un aumento de casos, pero únicamente dos, mientras que en las otras cinco áreas sanitarias gallegas (Vigo, Ourense, A Coruña, Ferrol y Lugo) hubo una ligera caída de nuevos enfermos en todos los casos.
El repunte en Pontevedra-O Salnés, ligero pero constante desde hace días, se debe en buena parte a brotes detectados en Caldas de Reis, donde hay una docena de contagiados y la incidencia acumulada a 14 días ya supera los 120 casos por cien mil habitantes, con el aula de un colegio cerrada. Pontevedra, Moraña y Vilaboa también se sitúan por encima de la media de la comarca, pero sin llegar a la situación caldense. Por su parte, Barro, Cuntis, Portas, Campo Lameiro, Cerdedo-Cotobade y A Lama cumplan dos semanas sin nuevos contagiados.
Mientras tanto, los pontevedreses ya pueden disfrutar ayer, sin excesivas restricciones de las barras de los bares, aunque se recomienda mantener el uso de la mascarilla, y de una ampliación de los horarios, que llega los fines de semana a la 1.30 de la madrugada para los locales diurnos.
