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Michelena 11, un edificio art decó

Vista del edificio de Michelena 11, de 1938 y firmada por el arquitecto Juan Argenti. | // ARCHIVO MUNICIPAL

Cuando en noviembre del año 2019 Rafael L. Torre escribía una crónica magistral sobre el edificio de “cierto empaque y potente factura” que hacía esquina entre las calles Michelena y la actual Gutiérrez Mellado, inmueble denominado por nuestros abuelos como “la Casa de los Calzoncillos”, todavía no podíamos imaginar que estaría de actualidad por un proyecto urbanístico que al parecer propugna por su demolición.

Ya en aquel documentado artículo, López Torre nos habría desvelado al promotor de dicha obra, el empresario Manuel Corbal, además del arquitecto de la misma, que sería al prolífico proyectista Juan Argenti, técnico que con posterioridad llegaría a ser incluso alcalde de la capital. Entre otros pormenores del edificio diseñado a fines de los años treinta, el articulista se pararía a describir, entre otras características, como los espaciosos pisos de alto standing fueron una novedad en su época, así como incluso repararía en citar a los célebres inquilinos que allí morarían incluidas ciertas instituciones como la Jefatura Provincial del Movimiento y algunos años después, el Ateneo.

Ahora a nosotros, una vez realizada una visita al Archivo Municipal, nos interesa destacar el alto valor patrimonial de este inmueble. Porque del expediente original de la construcción allí depositado se desprende que fue precisamente en agosto de 1938 cuando se diseñaría este edificio, que un análisis detallado nos llevará a concluir que estamos ante una muestra de rabiosa vanguardia, pues de las características compositivas del edificio se desprende que se trata de una obra influida por las corrientes racionalistas norteamericanas del art decó, y sobre todo por la variante del streamline que se inspiraba en los artefactos aerodinámicos y navales. Ahí está esa horizontalidad, la fachada en rotonda, las azoteas planas – ahora acristaladas – los machones que rematan en curva, los ángulos redondeados de los miradores, las barandillas tubulares de inspiración náutica…

Es una arquitectura típica de los tiempos de la República, cosmopolita, desenfadada y vanguardista

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En todo caso habría que remarcar que estamos ante un ejemplo de la arquitectura típica de los tiempos de la República, cosmopolita, desenfadada y vanguardista, que al realizarse magistralmente en granito- no en vano fueron sus artífices las cuadrillas de canteiros de la empresa de Porfirio Diz- a la par que le daba cierta majestuosidad al edifico lo vinculaba además con la tradición constructiva local.

Sabemos que en la actualidad que este inmueble no está catalogado por Patrimonio aunque no obsta para que insistamos en que se trata de un interesante hito urbano octogenario totalmente integrado en el paisaje de la trama constructiva de la ciudad, razonablemente bien conservado, aunque hace algunas décadas decidieron sustituir la baranda metálica de inspiración naval que recorría el balcón principal del primer piso, para colocar allí una pétrea balaustrada que barroquiza un tanto el aspecto de la fachada art decó.

No está catalogado por Patrimonio aunque no obsta para que insistamos en que se trata de un interesante hito urbano octogenario totalmente integrado en el paisaje de la trama constructiva de la ciudad, razonablemente bien conservado

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Seguramente que en otras ciudades – no en vano el citado estilo art decó está extendido por los cinco continentes - este inmueble de los años treinta que se diseñó y ejecutó increíblemente en tiempos de la Guerra civil, sería protegido y promocionado ya en guías turísticas como culturales como toda una referencia, por lo que huelga decir que apostamos por su conservación.

En fin, que insistimos de nuevo que demoler un edificio de las características del de la calle Michelena número 11 es como tirar un cuadro de Picasso o Juan Gris a la basura.

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