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El Sergas indemniza con 11.503 euros a una paciente tras olvidar una gasa dentro de su abdomen

Los hechos se produjeron en julio del pasado año en el Hospital Provincial | La afectada reclama 16.152 euros de indemnización

Hospital Provincial de Pontevedra. Gustavo Santos

El Servicio Galego de Saúde (Sergas) ha estimado parcialmente la reclamación de una paciente a la que los sanitarios del Hospital Provincial olvidaron una gasa dentro de su abdomen durante una operación. La Subdirección Xeral de Réxime Xurídico ha confirmado al representante legal de la afectada, el abogado Carlos Quintia, que la Consellería de Sanidade le reconoce el derecho a una indemnización (que cifra en 11.503,41 euros) tras un funcionamiento anormal de los servicios públicos.

La vecina de Portonovo Beatriz Janeiro Fraguas, de 43 años en el momento de la segunda intervención y enfermera de profesión, ingresó en el servicio de Ginecología Hospital Provincial en julio del pasado año para someterse a una intervención quirúrgica programada. Al día siguiente se le realiza una laparotomía para llevar a cabo una histerectomía y salipinguectomía bilateral, tras la que empieza a padecer un cuadro de náuseas y vómitos.

Después de varias pruebas sin conclusiones, un TAC abdomino-pélvico empieza a mostrar una imagen que los sanitarios estiman que podría ser compatible con una gasa alojada en el abdomen.

La segunda laparotomía palpa en efecto un cuerpo extraño compatible con un paño quirúrgico verde que, finalmente, se le extrae a la paciente. El diagnóstico postoperatorio fue entonces “peritonitis por cuerpo extraño intrabdominal”.

El proceso de curación que siguió fue extenso (se formó un seroma en la cicatriz que necesitó de curas locales y hasta el 10 de agosto no aparece la primera cita de que hayan cerrado los puntos) y el episodio de peritonitis alargó la incapacidad temporal. Lo extendió “unos 15 días si tomamos como modelo las duraciones estándar que considera el Instituto Nacional de la Seguridad Social”, señala el informe del Servicio de Ginecología y Obstetricia que se incorporó al expediente.

Beatriz Janeiro/ FdV

Beatriz Janeiro/ FdV

Este informe “ratifica el contenido del escrito” de la reclamación de la paciente, reconoce la Consellería de Sanidade, “confirmando la necesidad de reintervención y la extracción de cuerpo extraño compatible con un paño quirúrgico”.

“Como secuelas, de conformidad con los informes aportados”, añade ese mismo análisis, “presenta una cicatriz de laparotomía media con cicatrización errática por la dehiscencia de la misma, lo que supondría un perjuicio estético moderado”. No obstante, el autor del informe no considera que la coxalgia (dolor en la cadera al realizar movimientos cotidianos) que esté relacionada con el olvido de la gasa quirúrgica, de modo que en su opinión no sería indemnizable.

Así, el Sergas valora las lesiones temporales en 10 días moderados (a 54,30 euros día, un total de 543); 5 días graves (a 78,31, que suman 391,55); 991,94 euros por la intervención quirúrgica y 9.576,92 por el perjuicio estético moderado, hasta sumar los referidos 11.503,92 euros.

Por su parte, la demandante reclama 16.152 euros, una cantidad que su abogado considera “muy prudente”. Carlos Quintia ha anunciado que interpondrá los pertinentes recursos de reposición y ulterior contencioso-administrativo por la diferencia no estimada por la administración en la indemnización.

"NO ES UNA VICTORIA, ME DESGRACIARON LA VIDA"


“Se produjo un daño antijurídico que la paciente no tenía el deber de soportar y procede el reconocimiento de una indemnización”, señala la administración gallega a la vista de las pruebas médicas realizadas a la paciente y las conclusiones de los profesionales de la sanidad pública. Para la víctima, la resolución “no es una victoria, me desgraciaron la vida”, explica a FARO. Duda en realidad de que finalmente “pueda superarlo”, y de si algo está agradecida “es porque estoy viva”, ya que tras su operación lo que vivió fue “un caos”.

Era la primera vez que se operaba. “Me tenían que 'vaciar', con lo que eso supone para una mujer”, subraya. “Ya iba con toda esa presión y me toca el bingo”. “Vomitaba y no tenía cerca el timbre para llamar, tuve que esperar a que llegase la enfermera porque mi compañera de habitación estaba dormida, también en reanimación”, explica. Al día siguiente continuaban los vómitos “y me salvó una ginecóloga, que pidió pruebas”.

A continuación, “me dicen que creen que podría estar perforado el intestino, de modo que si salía de la operación de urgencia sería con una colostomía para toda la vida; el viaje a Montecelo para esa operación fue horrible”.

Si ella entró en el hospital de referencia de la ciudad “con la idea de morir o salir con la colostomía”, la sorpresa, añade, “se la llevaron ellos al ver la gasa”. Beatriz Janeiro insiste en que “el tema económico” no es su principal motivación, sino que “somos muchas las mujeres que hemos sufrido negligencias ginecológicas”. Se pregunta, por ejemplo, “cómo es que nadie te explica cómo será tu calidad de vida tras la operación o las pautas correctas para cuidarte. Es un absoluto maltrato asistencial”.

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