Aquí se come vegano

Aún son pocos, pero cada vez hay más bares en la ciudad con opciones para esta dieta

Del Pino sirve un pastel vegano.

Del Pino sirve un pastel vegano. / Rafa Vázquez

Comer vegetariano se antoja algo difícil en la Boa Vila si se quiere ir un poco más allá de la tortilla de patatas. Sin embargo comer vegano sí que es todo un reto y quienes siguen esta dieta, más allá del estilo de vida, no cuentan con grandes opciones en la ciudad además de alguna hamburguesa vegana que han añadido muchos bares. Estas personas tienen que limitarse al “qué puedo comer” en lugar de “qué me apetece.

Aunque son pocos, sí que hay algunos bares con una oferta variada y apetecible de platos. Barallocas, además, viene a reunir todos los tipos de dietas. “El concepto que nosotros quisimos implantar es hacerle un espacio a los veganos, pero que pudieran venir a comer con gente que no es vegana porque el problema es que si vas a bar no vegano no puedes comer”, explica la dueña, Noli Maquieira.

Trabajaba en otro sitio y cuando venía alguien vegano era terrorífico, lo único que le podía dar era aceitunas o patatas y si querían comer lechuga, tomate y cebolla. A mí eso me parece tan desagradable... Es discriminatorio”, expone. Por eso presume de que en su bar se puede comer lo mismo en versión vegana que normal y cuenta que van muchas familias en las que los hijos son veganos y los padres no, pero prueban el plato.

Maquieira muestra sus tacos de frijoles y albóndigas de berenjena con espaguetis de calabacín.   | // R. VÁZQUEZ

Maquieira muestra sus tacos de frijoles y albóndigas de berenjena con espaguetis de calabacín. | // R. VÁZQUEZ / V. Bustamante

Prejuicios

Maquieira lleva ya cuatro años con la carta vegana y apunta que “más de a mitad de la clientela es vegana, sobre todo en los pedidos para llevar. Vamos viendo lo que funciona y ahora planteamos ampliar la carta”, adelanta.

En este tiempo ha presenciado un prejuicio hacia lo vegano: “Hay gente que al ver que tenemos carta vegana piensa que todos los platos son así y se van. Tengo, por ejemplo, un salteado de verduras vegano. Solo lo pedían veganos, le cambié el nombre a verduritas salteadas con arroz y lo pide todo el mundo”. Por esto incluye los platos veganos en la carta general y además tiene una sección a parte vegana, porque “si se van a la parte vegana y lo ven no lo quieren”.

Además defiende que esta comida también es para quienes están concienciados en reducir su consumo de carne, como ella, y presume de no querer imitar el sabor de la carne, sino explotar el de la verdura.

El bar La Hormiga es otra de las pocas opciones para esta dieta. Este local, que dentro de poco cumplirá dos años, es vegetariano y tiene menú y carta vegana. La propietaria, Virginia Del Pino es una vegetariana procedente de Barcelona. “Vi que en Pontevedra casi no había opciones, buscaba para comer y apenas encontraba alguna ensalada”, explica.

Hace balance y resume que el recibimiento ha sido muy bueno, “incluso en este año tan complejo para la hostelería he crecido mucho en cuanto a clientela. De hecho, de jueves a sábado trabajo con reservas y tengo que rechazar alguna por el aforo”, comenta.

Calcula que el 70% de los clientes no son veganos ni vegetarianos, pero prueban y repiten. “Todo es comida casera, lo hago yo y son platos que la gente conoce, con productos locales. Quizás la gente en su casa no se pone a elaborar una hamburguesa vegana, pero sí se la come y de hecho es una de las cosas que más piden”, cuenta la cocinera.

Por otro lado, la gente vegana “lo agradece mucho” ya que, aunque están en aumento, aún son pocos los locales con una oferta amplia y variada para este tipo de dietas o estilo de vida que cada vez lleva más gente.

Suscríbete para seguir leyendo