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Bruno González Zorn | Microbiólogo, catedrático de la Universidad Complutense

“Es previsible que pandemias de este tipo sigan surgiendo, de nosotros depende prevenir”

El microbiólogo Bruno González Zorn. | // Carmen Romero

El segundo ciclo “Aida Fernández Ríos” que programan la Diputación de Pontevedra y la Real Academia Galega de Ciencias continúa esta tarde con dos intervenciones centradas en las pandemias silenciosas, a la cabeza la resistencia a los antibióticos, que es “el mayor problema de salud pública que tiene actualmente el ser humano”, recuerda el microbiólogo Bruno González Zorn.

–¿Cómo hemos llegado a este punto?

–Cuando el ser humano descubrió los antibióticos, más o menos después de la II Guerra Mundial, se revolucionó el mundo entero. Toda la medicina moderna se basa en que los antibióticos funcionan, todas las cirugías, todas las terapias anticáncer, toda la medicina moderna está basada en ellos, si funcionan, todo va bien. Sin embargo, sabemos que poco a poco las bacterias, que se adaptan a cualquier cambio, se están haciendo resistentes a todos esos antibióticos. Hemos descubierto muchos en los años 70 y 80, pero después la industria farmacéutica se centró en otras moléculas (en luchar contra el Sida, contra el cáncer etc) y como consecuencia llevamos 30 años sin descubrir una familia nueva de antibióticos, usando las mismas familias, lo que supone que las bacterias se han acostumbrado.

Hoy la resistencia a los antibióticos mata en España a más personas que los accidentes de tráfico, por poner un ejemplo. Sabemos que en el estado mata a unas 3.000 personas al año... Es el mayor problema sanitario, también en Pontevedra

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–¿Podemos estimar el número de víctimas de este problema en una población como Pontevedra?

–Es difícil de evaluar, porque es un poco asimétrico en función de la localidad, pero hoy la resistencia a los antibióticos mata en España a más personas que los accidentes de tráfico, por poner un ejemplo. Sabemos que en el estado mata a unas 3.000 personas al año, pero lo que no es una opinión es que es el mayor problema sanitario, también aquí.

–¿La pandemia ha cambiado este escenario?

–Es muy posible que el COVID haya empeorado el problema. A muchos pacientes de COVID se les trata con antibióticos y es posible que ese uso haya provocado que, encima, hayamos acelerado la resistencia durante este tiempo en todo el mundo. Eso es realmente preocupante.

Es muy posible que el COVID haya empeorado el problema. A muchos pacientes de COVID se les trata con antibióticos y es posible que ese uso haya provocado que, encima, hayamos acelerado la resistencia

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–¿La alternativa sería descubrir nuevas familias de antibióticos?

–Es una de las formas de luchar. Durante tiempo hemos estado pensando solo en eso, en sacar nuevos antibióticos, pero eso no es tan sencillo como suena. Además sabemos que descubrir nuevos antibióticos para seguir utilizándolos como lo hacemos no es suficiente, aunque saquemos nuevos las bacterias se seguirán haciendo resistentes a ellos.

–¿Cómo debemos entonces encarar el problema?

Tenemos que modificar nuestra actitud frente a los antibióticos. Hay dos grupos responsables del avance acelerado de la resistencia, que por otra parte es un fenómeno natural que se dará siempre, lo que tenemos que hacer es ralentizarlo lo más posible. ¿Cómo lo hacemos? Tenemos que actuar frente a los prescriptores y frente a la población. Los prescriptores son los que recetan, básicamente médicos, veterinarios y odontólogos, y sabemos que en España prescriben más antibióticos y más de última generación que en resto de los países de Europa. Tenemos que educar a nuestros prescriptores para que no receten como hace 20 años, o quizás como han aprendido en sus universidades, sino que prescriban acorde con la emergencia mundial en la que estamos. Exige una prescripción más prudente e intentar utilizar con menos frecuencia antibióticos de última generación, optar por algunos más antiguos, implica una educación para prescribir de una forma más moderna. Y también hay que intentar prevenir las infecciones, por ejemplo con lavado de manos, higiene etc.

Los prescriptores son los que recetan, básicamente médicos, veterinarios y odontólogos, y sabemos que en España prescriben más antibióticos y más de última generación que en resto de los países de Europa

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–¿Y por lo que respecta a la población?

–Sabemos que un porcentaje demasiado alto de la población española tiene antibióticos en casa. Eso no ocurre en Suecia, en Noruega o Dinamarca, aquí hay una cultura histórica de tener esos medicamentos en casa, guardamos las cápsulas que nos sobran y al final la tomamos alegremente, se la damos al vecino, a la mascota… Es una costumbre a erradicar de nuestra sociedad.

Un porcentaje demasiado alto de la población española tiene antibióticos en casa. Eso no ocurre en Suecia, en Noruega o Dinamarca, aquí hay una cultura histórica de tener esos medicamentos en casa y al final los tomamos alegremente

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–¿Es verdad que los antibióticos que tiramos a la basura acaban contaminándonos?

–Lo es, el antibiótico debe de tomarse tal y como indica el prescriptor y lo que sobre devolverlo a la farmacia. No se pueden tirar a la basura porque efectivamente sabemos que en el medio ambiente siguen generando resistencia, las moléculas siguen activas en el medio ambiente, por eso es muy importante que se devuelvan.

–Es catedrático en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense ¿Es cierta la creencia de que la cabaña ganadera española está hipermedicalizada?

–Es un tema muy importante: hay una creencia antigua, y es que se utilizan antibióticos para promover el engorde, algo que está prohibido y perseguido en Europa desde hace años. Es falso, como también eso de que “el filete tiene antibióticos” y, no, todos los antibióticos que se usan en ganadería están vinculados a un periodo de espera para que el medicamento se limpie del animal y que su carne esté limpia. Es decir, no hay antibióticos ni en la carne y ni en ningún otro alimento, como no hay corticoides o cualquier otro medicamento. Sin embargo, la utilización de medicamentos en animales da lugar a bacterias resistentes, que producen infecciones más difíciles de tratar en animales y en el ser humano, ya que esas resistencias fluyen entre especies. Por eso tenemos que luchar desde una perspectiva One Health (enfoque que parte de que la salud humana y animal son interdependientes y están ligadas a la salud de los ecosistemas en los que existen), como también tiene que ser la lucha contra el COVID: saber de dónde vienen esos virus nuevos y luchar contra ellos en el medio ambiente, no vamos a luchar solo en los hospitales, hay que prevenir que vayan del medio ambiente a los animales y de éstos al ser humano.

La utilización de medicamentos en animales da lugar a bacterias resistentes, que producen infecciones más difíciles de tratar en animales y en el ser humano, ya que esas resistencias fluyen entre especies

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–Estamos en el arranque de una nueva era ¿es de esperar que pandemias como esta se repitan en nuestra vida?

–Es previsible que pandemias de este tipo sigan surgiendo, y de nosotros depende cuánto vamos a poder prevenir su diseminación mundial y minimizar sus efectos en la población.

–Todo un reto en un escenario globalizado

–Exactamente, en un escenario globalizado de One Health. Y a todo esto se une esta superpandemia de resistencia a los antibióticos, a lo mejor la siguiente pandemia es de una bacteria multirresistente, eso no lo sabemos. Pero no quería acabar con esta perspectiva negativa, porque tenemos un Plan Nacional de lucha contra la resistencia a los antibióticos, hay planes europeos y mundiales e intentamos seriamente frenar el avance. Hay un bloque mundial, se organiza un centro mundial… Estamos poniendo medidas.

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