Los árboles de gran porte de la Alameda de Pontevedra están siendo sometidos a unas pruebas de salud que incluyen el empleo de resistógrafos (aparatos que miden la resistencia a la penetración) y que permitirán conocer con precisión su estado, posibles vicios ocultos y factores de riesgo. Este “Estudio Avanzado de Evaluación de Riesgos”, que están desarrollando los técnicos de la empresa Arbogal con la colaboración del experto portugués Pedro Ginja, se llevará a cabo en un total de 91 ejemplares (50 plátanos de sombra, 14 robles del país, 8 robles americanos, 16 tilos y 3 álamos) y servirá para elaborar una base de datos de los mismos, incluyendo su geolocalización y emplazamiento sobre plano.

Los trabajos de medición con los resistógrafos fueron supervisados ayer por el concejal de Desenvolvemento Sostible e Medio Natural, Iván Puentes y la concejala de Turismo, Yoya Blanco.

Se quiere "recuperar la Alameda como espacio de centralidad de la ciudad y recobrar su majestuosidad”

Según expuso el edil del PSOE, “uno de los objetivos del Concello en este mandato es recuperar la Alameda como espacio de centralidad de la ciudad y recobrar su majestuosidad”, unido a la preocupación por la seguridad de la ciudadanía “vinculada a la salud de los árboles que hay en este parque”.

“Con la finalidad de poder disfrutar de un espacio 100% seguro, esta suerte de TAC de los árboles de la Alameda permitirá reducir hasta la mínima expresión las posibilidades de riesgo de caídas de ramas y árboles. Estamos en un espacio natural donde el riesgo cero es imposible, pero desde luego sí que está en nuestras manos, y lo queremos hacer, minimizar al máximo este riesgo y, a partir de ahí, poder ya iniciar los trabajos de recuperación absoluta desde el punto de vista natural, estético y de uso de este espacio central de la ciudad”, aseguró Iván Puentes.

El gerente de Arbogal constató que este “examen médico” contempla una Visualización Técnica del Arbolado (VTA) previa, si bien “hay árboles que visualmente pueden tener mal aspecto y ser seguros y otros que no presentan ningún síntoma visual grave y acaban colapsando”, por lo que los resistógrafos se convierten en herramientas muy útiles y precisas. Según indicó Faustino Meis, “el aparato empleado es de última generación y mide la resistencia y penetrabilidad con una broca de 3 milímetros, haciendo una incisión completamente inocua para un árbol”.

Un momento de los trabajos

“Ofrece unos datos muy interesantes, con claridad absoluta, sobre los centímetros de madera que los árboles tienen sana, dura, debilitada o podrida, y las barreras que los árboles hacen contra los hongos. Estos datos van inscritos en un software, donde se completa el estudio”, apunta Meis.

A partir de este diagnóstico se elaborarán fichas individuales

Por su parte, el experto Pedro Ginja, que ya había trabajado junto con Faustino Meis en estudios llevados a cabo en las islas lusas de Madeira y Azores, incidió en que “al igual que un edificio, una obra de arte, una carretera o un puente precisan un trabajo y un proceso de mantenimiento, lo mismo ocurre con los árboles”. Este proceso pasa por la monitorización, visualización y acompañamiento diario de los árboles y, en situaciones determinadas, el uso de otros equipamientos de resistografía o tomografía (obtención de imágenes por secciones), explicó el experto.

Fichas individuales

La Concejalía de Desenvolvemento Sostible e Medio Natural pretende que, a partir de este diagnóstico de posibles patologías, podredumbres o ramas en mal estado, se confeccione una base de datos con fichas individuales de cada uno de los ejemplares. Una vez que se finalice el estudio, el departamento que dirige Iván Puentes, efectuará las talas y eliminación de ejemplares que se consideren oportunas de cara a evitar situaciones de riesgo y caídas súbitas, como las ya ocurrida con un platanero de más de cien años a principios de septiembre de 2020. Esta evaluación del estado de salud de los árboles resulta además esencial de cara a planificar el proyecto para devolver a la Alameda de Sesmero la imagen noble y majestuosa que presentaba cuando fue concebida, en la segunda mitad del siglo XIX.