Factores genéticos, ambientales y procesos ligados a su socialización con humanos determinan que el carácter de cada gato sea único: los hay amistosos, juguetones, reservados, curiosos, amables, tranquilos… Dentro de su gran diversidad, comparten características, “como unas menores exigencias en cuanto a ejercicio físico o paseos”, recuerda el presidente del Colegio de Veterinarios de Pontevedra, Luis Núñez, uno de los profesionales que constata el bum de estas mascotas en la comarca de Pontevedra.
Un ejemplo es Difusión Felina, una de las asociaciones que trabaja sobre el terreno con gatos abandonados y que pasó de las 119 adopciones contabilizadas en la Boa Vila durante 2019 a las 261 del pasado año. También crecen las acogidas temporales en hogares provisionales, que pasan de 47 a 62 en ese mismo periodo, pero, muy especialmente, el efecto se percibe en las decenas de familias que desde hace unos meses acuden con su gato a la clínica.
“Sí que notamos que desde el inicio del confinamiento que hay un mayor número, sobre todo, de adopciones de gatos”, señala a FARO Flor Costoya, secretaria del Colegio de Veterinarios de Pontevedra, que lo atribuye a que “probablemente la gente está más tiempo en casa, se siente un poco más sola y los gatos son animales que dan poco trabajo, resultan fáciles de mantener”. Así, “gente que nunca había pensado tener un animal ahora se anima a adoptar”, explica esta profesional al frente de su propia clínica que reconoce, como muchos de sus compañeros, que el bum de las mascotas “nos da bastante miedo”.
Y es que a la vez que celebramos una cada vez mayor concienciación con la adopción de mascotas, los voluntarios de Difusión Felina también han tenido que multiplicar las labores de recogida. En el último año se incrementaron desde 156 a 325 los gatos abandonados.
Las causas, de nuevo, habría que buscarlas en tenencias irresponsables desde un inicio, crías incontroladas, inconsistencia de los propietarios etc. En mucha menor medida, los profesionales de la sanidad animal apuntan a dificultades económicas -de hecho en general el mercado ligado a las mascotas ha crecido significativamente en los últimos años- y más a camadas indeseadas o a dueños que, sencillamente, se deshacen del gato molesto.
“La media de vida de un gato doméstico son 15 años”, recuerda Flor Costoya, a la que le preocupa que “estas adopciones se produzcan porque en este momento a los dueños les viene bien tener un animal, pero cuando todo se normalice más y ya no le venga tan bien es de temer que este bum de adopciones se convierta en un bum de abandonos”.
Es un efecto que se percibe especialmente en el programa CES (Captura, Esterilización y Suelta) que lleva a cabo el Concello en colaboración con las protectoras. El concejal de Benestar Animal, Marcos Rey, explica a FARO que “la demanda se está multiplicando, ya el pasado año hubo que hacer una aportación extra y este año ya de inicio se ha reservado una mayor partida de dinero porque está creciendo a un ritmo acelerado”.
Las colonias controladas en distintos puntos de la ciudad “crecen significativamente”, reconoce el concejal, cuyo departamento pondrá en marcha un nuevo programa de señalización de estos espacios, garantizando la sanidad y el cuidado de los animales. Este mismo mes celebrará una reunión con las protectoras para abordar estos y otros temas, como los procedimientos para que los voluntarios alimenten a estos animales, siguiendo las normativas de Bienestar Animal.
Protectoras, administraciones y profesionales comprueban que cada vez prestamos más atención al cuidado de nuestras mascotas. La secretaria del Colegio de Veterinarios explica en este punto que la pandemia también ha contribuido a una mayor interés por la salud de nuestros amigos peludos. “Se ha producido una culturización”, señala en este punto, “hay por ejemplo una mayor conciencia sobre las vacunas, o si se trata, como sucede con frecuencia en los gatos, de hablar de enfermedades infecciosas los dueños comprenden el problema y también el alcance de realizar pruebas, como puede ser una PCR para detectar un virus”.
No siempre resulta fácil comprender a los gatos, pero sus propietarios tienen, según la ciencia, hasta un 30% menos posibilidades de sufrir un infarto. Estos dueños aseguran que padecen menos ansiedad y estrés desde que comparten vida con sus amigos de cuatro patas; y los médicos coinciden en que pocos antídotos nos curan como ellos de la soledad. Hay quien opina que el hombre es civilizado en la medida en que comprende a su gato.
“Nunca habíamos tenido cifras tan buenas”
También en la protectora de perros que gestiona Os Palleiros las adopciones han batido récords tras el arranque del confinamiento. “Lo más sorprendente”, explican desde la asociación, “son las de adultos, acogidas que son inhabituales porque a diferencia de los cachorros, que cuentan con una gran demanda, los adultos llegan y, con suerte, pasarán aquí meses, y si no la tienen serán años”.
La Concellería de Benestar Animal confirmó el inminente inicio de las obras de la nueva cubierta de la protectora, de la que podrán disfrutar los 70 animales acogidos en estos momentos. Es, con mucho, la cifra más baja en décadas en unas instalaciones en las que “antes del confinamiento contábamos cada año con una media de 120 perros”, señala Nuria, una de las representantes de Os Palleiros que cruza los dedos porque la racha se consolide: “Nunha habíamos tenido cifras tan buenas”.