Hace tres años, Galicia decidió endurecer su legislación para proteger a los animales y durante 2019 las multas por infracciones graves en el trato a las mascotas, con sanciones de hasta 5.000 euros, se triplicaron hasta alcanzar los dos centenares. Pero la comunidad no se quedará ahí, estableciendo castigos para quienes no identifican a sus animales o los maniatan, sino que regulará a lo largo del año que viene los cuidados mínimos que deberán prestárseles para que sus dueños eviten una sanción.
La citada Lei de Protección e benestar animal aprobada en 2017 pretendía “proteger activamente los animales de compañía”, pero su desarrollo no está completo. “En 2021 se prevé la finalización de los trámites para la aprobación del reglamento de desarrollo de esta norma, así como la continuidad de la línea de actividades encaminada a la divulgación e información de la sociedad sobre los contenidos y principios de la norma”, se compromete la Consellería de Medio Ambiente en sus cuentas para el ejercicio próximo.
De momento, el departamento no detalla en qué consistirán las normas, pero estas supondrán “la implantación de medidas más concretas y eficaces en el control del abandono y la lucha contra el maltrato animal”, al tiempo que simplificarán aspectos administrativos.
En este punto, el decreto especificará “las mínimas atenciones higiénico-sanitarias que deben ser exigidas para obtener un cierto estándar de buen trato animal” y no ser sancionado conforme a la ley de 2017, que fija multas de 100 a 500 euros por infracciones leves; de 501 a 5.000, en casos graves; y de 5.001 a 30.000, en casos muy graves.
Las infracciones leves suelen estar relacionadas con mantener en malas condiciones a los animales, cuestión que ahora se detallará con mayor rigor. Las graves incluyen no identificar mediante un chip a los animales cuando es obligatorio y el uso de mecanismos que restrinjan su movilidad causándoles dolor, como los cepos o las cadenas. Las muy graves están relacionadas con casos de maltrato extremo que pueden causar la muerte del animal o provocarle lesiones irreversibles o invalidantes.
También se precisarán en detalle “las obligaciones de las personas dueñas o poseedoras de animales” y las condiciones para su transporte. También se fijarán los requisitos para los servicios de acogida y recogida de animales abandonados, así como el número máximo que podrán albergar, y las condiciones para permitir las colonias felinas controladas en espacios urbanos. También se especificarán “los supuestos en los que es obligatorio la contratación de un seguro de responsabilidad civil”, actualmente restringido a los perros de raza peligrosa.
El decreto también incorporará los requisitos para las autorizaciones de núcleos zoológicos o eventos con animales, como los espectáculos circenses, según avanzan fuentes del departamento dirigido por Ángeles Vázquez.
Evolución de sanciones
Durante el primer año de aplicación de la nueva legislación, se impusieron 72 multas por infracciones graves y 46 leves. El total de 118 se quedó lejos de las 280 del año pasado: 200 graves, 79 leves y una de carácter muy grave.
Una de las consecuencias de la aprobación de esta ley fue el incremento del número de perros que se dieron de alta en el registro gallego. El temor a un castigo económico por no identificarlos disparó en 127.000 los registros hasta los 600.000, según cifras de comienzos de año.
No solo la normativa gallega sufrirá cambios. El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 prepara un anteproyecto de ley de bienestar animal que prevé, entre otras cuestiones, implantar un DNI para mascotas obligatorio en toda España, como el que ya se exige en Galicia a través del artículo 27.3 de la norma de 2017.
Ese documento de identidad animal incorporará información sobre la propiedad de la mascota y las vacunas o cuestiones sanitarias mínimas. El microchip, que incorporará un código QR, será obligatorio en todo el Estado, por lo que será más fácil combatir el abandono y el extravío de animales, según informó El Periódico.
