El primer Centro de Compostaje Comunitario (CCC) de Poio, inaugurado a finales de octubre del año pasado, está funcionando a pleno rendimiento. Menos de tres meses después de su puesta en marcha, son muchos los vecinos del entorno de la Rúa Rosalía de Castro, donde se emplaza este dispositivo, los que se benefician de esta prestación, que tiene como objetivo fomentar la separación y recogida de residuos, obteniendo, de este modo, una mayor eficacia a nivel ecológico y, además, reduciendo los costes correspondientes al tratamiento de la basura.

En vista de la buena acogida que está teniendo el compostero, y habida cuenta de la demanda existente por parte de la ciudadanía, el Concello de Poio prevé instalar próximamente nuevos dispositivos en diferentes puntos de la parroquia de San Salvador. Estos recipientes se situarán en la Praza de Ferreirós, en el parque Ankar y también en la Rúa Miño, situada en las cercanías de la Praza Riestra, en A Caeira.

A día de hoy, la maestra compostera encargada de gestionar el dispositivo estima que son cerca de 30 las viviendas que hacen uso del compostero comunitario de Rosalía de Castro, una cifra que, en realidad, probablemente sea mucho mayor, ya que, tal y como explica la teniente de alcalde, Chelo Besada, “sabemos de gente que hace uso del compostero por las tardes, fuera del horario habitual de la maestra compostera”. La media de habitantes por cada una de estas viviendas es de tres personas.

Tras su estreno el pasado 28 de octubre, el número de personas interesadas en su utilización fue aumentando de manera progresiva, de ahí que se haga necesario la dotación de nuevos Centros de Compostaje Comunitarios.

La maestra compostera, Susana Terrón, explica que la gente participante puede solicitar el compost, vía telefónica o por correo electrónico (planrevitaliza@concellopoio.gal) para su uso en macetas y huertas. Cuando un usuario deposita los restos en el recipiente, se le toman sus datos personales y se les pregunta se están interesados en el uso del compost.

El Concello destaca que los participantes están siguiendo de manera idónea las normas de uso. “Apenas se localizan impropios (plásticos u otros materiales que no se pueden tratar en este tipo de dispositivos) y la gente tapa correctamente con el estruturante. El interés es palpable”, destaca la compostera.

El compostero comunitario se pone en marcha después de que el Concello llevara a cabo hace unas semanas una campaña informativa con envío de más de 300 dípticos que se enmarca dentro de su hoja de ruta para continuar implantando y consolidando el compostaje en el municipio.