Uno de los nuevos alojamientos donde se hospedan.

La empresa Camsoar, una constructora con sede en Poio que llevó a Alemania a 14 operarios para realizar una obra en el sur de país, comenzó ayer dichos trabajos con normalidad después de un comienzo accidentado. El martes, la Federación da Construcción e Madeira de la CIG denunció las malas condiciones de habitabilidad del alojamiento donde se alojaría la cuadrilla, así como de retrasos en los pagos de adelantos salariales y gastos de desplazamiento.

Según la versión de la empresa, confirmada por el conductor oficial y operador de máquinas, durante el viaje a Alemania la tarjeta en la que se cargaban los gastos relativos a peajes y gasolina se quedó sin saldo por un “mal cálculo” de los costes, que tuvo que ser subsanado con dos ingresos.

Estas mismas fuentes de la constructora negaron el “abandono” ,denunciado por la CIG, de los operarios en el rural alemán “ya que en todo momento se les dio alimento y techo desde su llegada el pasado jueves, pese a que los trabajos no comenzaron hasta ayer, cuando llegó la maquinaria necesaria para la obra”, aseguran.

Alojamiento

En lo que sí concuerdan el sindicato y la empresa es en las condiciones insalubres del primer alojamiento que alquilaron para su estancia en Alemania, pero la empresa lo achaca a un error por desconocimiento que se solucionó en el mismo día. Desde entonces, los trabajadores se mantuvieron repartidos en tres apartamentos con espacio suficiente para todos.

En lo relativo a los contratos, en la empresa defendieron que su firma se retrasó por parte de la asesoría, pero que se formalizarán en los próximos días. Lo que sí mantienen desde el primer momento es el alta en la Seguridad Social de todos los operarios a excepción del denunciante. En su caso, defendieron que se trató de una incorporación a la plantilla de última hora, en sustitución de un empleado anterior. Esta persona, disconforme con la situación, emprendió ayer su viaje de regreso, según indicaron, aunque hay otros dos trabajadores que sí pertenecen a la empresa que mostraron sus intenciones de abandonar la obra y regresar a Galicia.

Otro de los motivos de enfado de estos trabajadores guardaba relación con la promesa de un anticipo salarial. Según pudieron confirmar algunos de sus compañeros, este adelanto (de 500 euros en el caso de tener hijos y de 250 en el resto) empezó a ser recibido entre la plantilla una vez se llegó al destino. El resto de operarios, a la espera de percibirlo, comenzaron ayer los trabajos.