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La hostelería se hace oír a golpe de cacerolas y bandejas para exigir ayudas y “sobrevivir”

Numerosos negocios, especialmente en el casco histórico, secundaron el cierre voluntario como protesta | “No podemos mantenernos en esta situación, tenemos los mismos gastos y apenas ingresos”, afirman

Cacerolada en Pontevedra contra la "muerte" de la hostelería por las restricciones

Cacerolada en Pontevedra contra la "muerte" de la hostelería por las restricciones Gustavo Santos

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Cacerolada en Pontevedra contra la "muerte" de la hostelería por las restricciones Carlos García

Cada hostelero protestó ante su negocio guardando las distancias de seguridad. | // GUSTAVO SANTOS

Los hosteleros de Pontevedra y Poio (así como de otros concellos vecinos que se han sumado a la convocatoria que partió de la capital) se hicieron oír ayer con la primera de una serie de protestas que ponen en marcha para dar visibilidad a la situación crítica en la que se encuentran debido a la crisis sanitaria y a las medidas que se han adoptado para intentar contener el virus.

Desde la asociación de hosteleros de Pontevedra, Hoempo, explicaban ayer que con el toque de queda y la limitación de las reuniones a convivientes la situación ha pasado de “preocupante a insostenible”. Esto ha llevado a que el sector “estallase” y la asociación decidió apoyar la cacerolada que tuvo lugar ayer en las calles de Pontevedra, expresión de la “rabia que sentimos por este asesinato larvado de nuestro sector”. También es una muestra de la preocupación por muchas economías familiares (de propietarios y trabajadores de negocios) que ven en peligro su fuente de ingresos.

“Tan solo queremos trabajar”, explican desde el bar “El Baúl”, en la plaza de A Verdura, uno de los epicentros de la protesta al reunir un buen número de locales de hostelería. “Necesitamos que nos ayuden, tenemos a todos los empleados trabajando y logramos no haber ido a ningún ERTE ni queremos tomar medidas de ese tipo, solo queremos trabajar, poder educar a nuestros hijos y darles de comer como todo el mundo”, explican. Pide al Concello y al resto de administraciones que se habiliten ayudas directas y que sean realmente efectivas: “Lo que necesitamos es que, con la falta de negocio actual, dispongamos de medios para al menos poder pagar alquileres o la exención de tasas y otros impuestos”, añaden.

“El Baúl” fue uno de los negocios que ayer bajó la verja secundando el cierre voluntario que habían propuesto los hosteleros que promovieron estas movilizaciones. “Yo abro los 365 días del año y en 18 años nunca cerré el local, salvo con el confinamiento claro, y hoy lo cierro porque la gente tiene que saber que esta situación no se puede prolongar más, necesitamos apoyo”, explican.

Desde Hoempo, apostaron por apoyar un cierre voluntario de aquellos locales que así lo deseasen conscientes de que “aunque el sentir común sería hacer un cierre completo de la hostelería” como medida de protesta, “lo tristemente cierto es que hay locales que no se lo pueden permitir”.

Al otro de lado de la calle, en el Restaurante Rúas, explican que las limitaciones de reunión a convivientes ha supuesto, en la práctica, un cierre del sector. “Desde el pasado viernes ya no viene nadie y aún por encima, a los pocos que vienen, los echó la policía de aquí este mismo lunes”, explican. “Es una ruina”, insisten al tiempo que señalan que si se toman medidas restrictivas de este calado deben venir acompañadas de ayudas a los sectores más afectados: “Tienen que apoyarnos, nosotros seguimos con los mismos gastos y sin ingresos, tienen que hacer algo y no limitarse a seguir cobrando impuestos que es lo único que saben hacer”.

Cada uno ante su local para respetar las distancias de seguridad, durante diez minutos hicieron sonar cacerolas y bandejas para expresar su rabia y preocupación por la situación que están viviendo, pero también buscando el “apoyo, solidaridad y empatía” de los ciudadanos a los que recuerdan que, sin ellos, “las calles de la ciudad se apagarían”.

Desde Hoempo reconocen que, ante la dureza de las medidas, incluso “lo más honesto por parte de nuestros dirigentes sería cerrar nuestros negocios y tomar medidas sobre los gastos”. “En su lugar nos permiten abrir, pero nos restringen hasta la asfixia y nos quitan a nuestros clientes”, afirman.

Esta será la primera de una serie de movilizaciones “ordenadas y bajo todas las medidas de seguridad sanitaria” que retomarán a mediados de este mes.

Dicen que son sinónimo de “salud y orden” en los encuentros sociales

Muchos de los hosteleros que protestaban ayer insistían en que, además de las restricciones, los mensajes de las autoridades respecto a los bares acabaron por “demonizar” al sector y contribuir a que se quedasen sin clientes a pesar de que cumplían escrupulosamente las normas. Desde Hoempo insisten en que “la hostelería es salud y orden” y creen que más que un problema forman parte de la solución: “No podemos dejar de notar que desde que las restricciones se han cebado con nosotros la curva de contagios ha experimentado un ascenso alarmante”, indican. “Si nos hubieran dejado trabajar, las reuniones sociales se hubieran dado en entornos seguros y controlados”, aseguran. “Sin embargo, nosotros hemos perdido clientes pero las personas no han renunciado a sus encuentros, haciéndolo privadamente bajo una falsa apariencia de seguridad que ha provocado esta segunda ola de la pandemia”, explican desde la asociación de hosteleros de Pontevedra.

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