Junto al párroco, visitaron ayer el templo y comprobaron su estado los presidentes de los consejos parroquiales. Ambos muestran su preocupación por la pérdida que puede suponer para el patrimonio histórico y cultural de la parroquia que la iglesia se siga deteriorando. Además, tambien esperan poder finalizar cuanto antes con la situación actual de provisionalidad que les lleva a tener que celebrar las misas dominicales en las instalaciones de Raiña da Paz y los funerales o aniversarios en este mismo lugar o en San José de Campolongo, en el casco urbano.