Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El meollo

El pleito del agua

El pleito del agua

Cuando parecía que estaba todo dicho y sentenciado sobre el concurso para la adjudicación del servicio de abastecimiento de agua a Pontevedra durante los próximos veinte años en favor de Viaqua (antes Aquagest) por un importe global de 125 millones de euros, resulta que el asunto sigue en el aire a causa de la interposición de un pleito contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Eso acaba de revelar FARO en todos sus detalles. De modo que del contrato del siglo, denominación que hizo fortuna durante el desarrollo del proceso por cuenta de su elevado montante, hemos pasado ahora al pleito del agua, cuyo desenlace final aún tardará un tiempo en conocerse.

Habitualmente, cuando una firma participante no está de acuerdo con la resolución de un concurso municipal, acude al Tribunal Administrativo de Contratación Pública de Galicia, quien dictamina con bastante rapidez sobre la viabilidad del recurso, y aquí paz y después gloria.

Casi siempre la empresa supuestamente perjudicada acepta de buen grado el fallo dictado por el mentado organismo, incluso si resulta desfavorable, y carpetazo al asunto. Pero esa regla tiene su excepción, que viene al caso en cuestión, donde se ventila mucho dinero para las arcas municipales, que es tanto como decir para los bolsillos de los pontevedreses. El pago del agua por consumo real y no estimativo está igualmente en juego.

Cualquier asunto que entra en vía judicial conlleva una dosis de incertidumbre muy considerable. No pocas sentencias parecen escritas por el mismo diablo; sobran los ejemplos y confianzas las justas. Así que oído cocina, que el pleito del agua que nos salpica a todos ya se encuentra en el horno, de forma un tanto sorpresiva.

La firma Gestagua, clasificada en segundo lugar tras Viaqua, la ganadora del concurso con el beneplácito del equipo de gobierno del BNG, mantiene su desacuerdo frente al resultado avalado por el Ayuntamiento y ratificado por el Tribunal de Contratación en primera instancia. De ahí su recurso ante el TSXG, una iniciativa bastante inusual en los últimos tiempos. Solo las empresas muy seguras de sus argumentos pierden el tiempo y gastan su dinero en un pleito así. Ahí está precisamente El Meollo de la cuestión planteada.

Compartir el artículo

stats