La Fundación Malvar, depositaria del legado del arzobispo Malvar, no descarta solicitar al Museo Provincial de Pontevedra la devolución de 4 de los miliarios que forman parte de la colección de epigrafía romana de la institución cultural. El objetivo, afirma el presidente de la entidad cultural, Ernesto Vázquez-Rey, es frenar el deterioro "que están experimentando las piezas por falta de un adecuado tratamiento técnico" y ya ha solicitado formalmente información sobre sus derechos para la retirada de las piezas.

Se trata de cuatro obras recogidas a finales del siglo XVIII por el arzobispo de Compostela Sebastián Malvar Pinto, el miliario de Adriano y tres columnas conmemorativas de los emperadores Licinio, Carino y Flavio Severo, para las que la Fundación Malvar reclama "medidas urgentes" para frenar su salinización, denuncia Ernesto Vázquez-Rey.

Éste explica a FARO que el estado de los miliarios ha empeorado "a raíz del invierno tan lluvioso que tuvimos, ya que están posados sobre la propia tierra bajo el enlosado (del Edificio Sarmiento) y van absorbiendo toda la humedad; la verdad es que el nivel de salinización al que están llegando es muy preocupante porque hay peligro incluso de que rompan las propias piedras, lo que supondría una pérdida irreparable".

Está afectada toda la colección, señala la Fundación Malvar, a excepción del miliario de Adriano, que tras ser trasladado fue aislado del suelo con una base. A los otros 11 restantes no se les ha aplicado ningún tratamiento de conservación desde que en 1988 fueron emplazados en su actual ubicación.

"Por parte de la dirección del Museo hay una total colaboración y sensibilización con este tema, incluso el propio arqueólogo del Museo no hace más que alertarnos y preocuparse por el estado y el futuro de las piezas", añade el presidente de la Fundación Malvar, que critica que por el contrario la Diputación, de la que depende la institución cultural, "está absolutamente callada".

Denuncia que "no tenemos respuesta del diputado de Cultura aunque le pedimos como fundación, y también Amigos do Museo lo solicitó, una entrevista monográfica para hablar del tema; insistí esta semana a raíz de una inundación que hubo en La Ultramar (la taberna situada en los bajos del Edificio Sarmiento, donde se sitúa la colección de miliarios) para ver si había decidido tomar alguna medida y actuar con contundencia, que es lo que le venimos reclamando a la administración provincial desde hace 3 años, pero hasta el momento solo hemos recibido absoluto silencio".

Tanto la fundación propietaria de las piezas como la Asociación Amigos do Museo de Pontevedra y los propios técnicos de la institución cultural denuncian que los miliarios están situados sobre la propia tierra. Exigen que se levanten las piezas, dado que se desconoce cómo es la base de los miliarios y se cree que están enterrados al menos unos 50 centímetros, si bien es una hipótesis dado que no se conservan fotografías o bocetos de las piezas tras su localización.

"Lo que proponemos es que se levanten las piezas, que se afiance el suelo y se dejen reposar, porque en palabras de los propios arqueólogos sería muy peligroso llevarlas a otro sitio ante el riesgo de rotura, para después intervenir en ellos mediante limpieza, restauraciones etc", añade Ernesto Vázquez-Rey.

Ante el silencio de la administración provincial la Fundación Malvar se plantea reclamar las piezas y se ha interesado por el proceso de recuperación.

"Hemos hecho efectivamente gestiones administrativas", indica a FARO el presidente del colectivo cultural, delante de la Diputación "para que se nos reconozca el depósito y el derecho a levantarlo cuando sea conveniente porque el silencio nos preocupa enormemente; nos hemos asegurado de que en el momento en que nos parezca una situación límite levantar el depósito y llevarnos las piezas, el patronato aún no se ha planteado hacerlo efectivo pero si es cierto que ya lo hemos hablado formalmente porque nos parece que estamos llegando a una situación delicadísima para las obras, que son del siglo I y II después de Cristo, su protección es para nosotros imprescindible".

Son joyas de la colección de epigrafía romana del Museo, por otra parte riquísima: incluye medio centenar de inscripciones votivas y una treintena de funerarias que aportan valiosa información sobre la organización social e intelectual de la Galicia galaico-romana.

Los técnicos de la institución cultural, depositaria de los principales hallazgos arqueológicos de la provincia, recuerdan que entre las inscripciones votivas "destacan conjuntos tan sorprendentes como los del castro del Monte do Facho, consagradas a una divinidad indígena de extraño nombre, Larius Breus con variantes, los dos ejemplares consagrados a Vestius Aloniecus descubiertos en Lourizán, la pila monolítica de Mougás o el fragmento de inscripción monumental de Santa Eufemia. En cuanto a la treintena de inscripciones funerarias, muestran la presencia de una onomástica predominantemente latina, caso de Faustinus, Fronto, Iunius, Lentinus, Lucius, Marcella, Placidus, Quintus, Rufinus, Rufus, Seneca, Severus, Titus, o Vitalis,; griega como Cresopes; o indígena como Pusinca o Colupata. Por último, un grupo de estelas antropomorfas podrían revelar la transición al Cristianismo".