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Toni Bright: "Cada uno que crea lo que quiera, pero que crea lo que más feliz le haga"

El ilusionista presenta mañana en el Teatro Principal su espectáculo "Volver a creer"

Toni Bright: "Cada uno que crea lo que quiera, pero que crea lo que más feliz le haga"

El mentalista Toni Bright llega por primera vez a Pontevedra con un espectáculo de ilusión titulado "Volver a creer". El ilicitano confiesa que se apasionó por esta profesión cuando era tan solo un niño y una actuación en la televisión le dejó sin dormir toda la noche. "Supe entonces que quería dedicarme a esto". Estará sobre el escenario del Teatro Principal mañana viernes (20.30 horas). Las entradas, a 6 y 8 euros, ya están a la venta en Ataquilla.com y también se podrán adquirir en la taquilla del teatro desde una hora antes de que comience el espectáculo.

-¿Ser mentalista es una profesión?

-Sí, efectivamente, para mí es una profesión; de hecho, yo estoy dado de alta en Autónomos como mago, mentalista. Un mentalista se puede definir como un mago de la mente. Es una persona que usa la sugestión, habilidades sociales, la hipnosis? con todo ello puede llegar a parecer que tiene poderes. Esto le puede llevar a doblar cucharas o tenedores con el poder de la mente, retorcerlas, contactar con espíritus o incluso leer la mente de las personas.

-¿Qué tiene en común con un mago?

-Que nos dedicamos a ilusionar a las personas. Para mí un mago es aquel profesional que usa las cartas, monedas, cuerdas, saca un conejo de una chistera?, pero la baraja de un mentalista es la mente de las personas.

-¿Se pueden definir como trucos?

-Yo les llamo efectos. Son efectos mentales. Es una buena manera de definir lo que realmente se ve en el show. Mediante la psicología tú puedes entrar en la mente de una persona y saber en qué número está pensando. También puedes usar la sugestión para que piense una cosa. O saber qué le pasa por la cabeza solo por su posición o la forma de mirar. Solamente con el lenguaje del cuerpo puedes saber muchas cosas.

-¿Es difícil?

-Sí, lo es, porque a veces ni ellos mismos saben lo que están pensando.

-¿Y el número de la Lotería? ¿Se puede llegar a averiguar?

-En el espectáculo hay un efecto muy bonito en el que salen tanto niños como adultos y participan en una especie de sorteo de Lotería de Navidad. Una persona baraja unas cartas, las mezcla y se reparten entre gente del público y se realiza el sorteo. Si me preguntas si se puede llegar a adivinar el número del Gordo de Navidad, he de decir que todo es posible en esta vida. De hecho, hay mentalistas que lo han logrado.

-¿Cómo se desarrolla "Volver a creer"?

-El show suele contar con la participación del público, al que se pide que suba al escenario. En este sentido, tengo que decir que en ningún momento del espectáculo se usan compinches. Y eso la gente tiene que saberlo. Este espectáculo no es como los de Dynamo o el Mago Pop, que cuentan con compinches. Hoy en día la magia se ha venido un poco abajo por este tipo de técnicas, y a mí eso no me gusta.

-Usted se sirve de la espontaneidad?

-Sí, se improvisa mucho con los espectadores. En ningún momento se hace pasar un mal trago a nadie, la gente se lo pasa muy bien porque es muy ameno, muy divertido, dinámico. Sobre todo, muy sorprendente. Todo el mundo sale alucinado.

-¿Qué posibilidades de error tiene un espectáculo así?

-La posibilidad de error es del cien por cien. Te puedes equivocar en todo. Lo normal es que todo salga bien, pero tienes que contar con que todo puede fallar porque es un espectáculo muy difícil.

-¿Cuál es el público idóneo para "Volver a creer"?

-A partir de siete años, lo puede ver todo el mundo. Los niños también son elegidos para colaborar. Al final se les regala una cuchara o un tenedor doblado. Es un espectáculo, sobre todo, para creer en los sueños, para demostrar que se pueden llevar a cabo.

-¿Quién lo disfruta más?

-Todos. Hay niños a los que les gusta una cosa, otros a los que les gusta otro efecto? A los adultos les encanta el número final, que es el de contactar con los espíritus.

-¿Es cierto que se puede contactar con ellos?

-Yo siempre digo lo mismo: que cada uno crea lo que quiera creer, pero que crea lo que más feliz le haga.

-¿Quiénes son más exigentes?

-Ambos, porque a los niños si algo no les gusta, enseguida lo están diciendo. También, si algo les gusta, son los primeros en expresarlo. Los adultos, por su parte, son exigentes porque son los que han pagado la entrada.

-Un mentalista ¿nace o se hace?

-Tienes que nacer con ganas de ser mentalista y tienes que hacerte porque tienes que estar continuamente aprendiendo, ensayando y cuando acabas de hacerlo tienes que volver a empezar.

-¿Cómo se formó?

-Yo soy totalmente autodidacta.

-Su vocación afloró al ver a otro mentalista?

-Efectivamente. Una noche estaba viendo con mi padre la televisión y vi como un mentalista hacía explotar un vaso con el poder de la mente. Aquella noche, aunque era pequeño, me quedé sorprendido y no dormí pensando en cómo lo había hecho. Cuando ahora algún niño me dice que quiere ser mentalista pienso que es algo similar a lo que ocurrió a mí y que es lo más bonito del mundo.

-¿Hay tradición de mentalistas en España?

-Cómicos hay un montón, magos hay menos y mentalistas somos muy poquitos. Es una rama de la profesión muy complicada, difícil porque, además de saber hacer los efectos, tienes que saber presentarlos, de una forma dinámica. Y no todo el mundo puede hacerlo y comunicarse con el espectador de una manera creíble. Tienes que atrapar a la gente. Es muy complicado, pero a la par recompensa bastante.

-¿Cómo valora la trayectoria de esta gira?

-Está funcionando muy bien en toda España y es una pena que los programadores no incluyan más espectáculos de mentalismo. A mí el teatro me gusta, la música me encanta, el ballet? pero te digo una cosa, a un espectáculo de magia pueden ir niños o adultos que lleva a mucha gente a los teatros. Funcionan muy bien.

-Es su primera vez en Pontevedra?

-Sí, nunca he estado en Pontevedra. Tengo buenos amigos en Ourense y conozco mucha gente en Galicia.

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