Ence ha desmentido las acusaciones vertidas en el Libro Blanco dado a conocer por la Asociación pola Defensa da Ría (APDR) en la que muestran las argumentaciones por las que piden el traslado de la pastera de la ría. A través de un extenso comunicado, la empresa aborda lo que considera "las principales mentiras" de la publicación de APDR, a la que llega a acusar de manipular los datos.

Desde Ence consideran que APDR "miente" sobre los problemas de la ría. Así, se refieren a que "tanto la Comisión Europea como las cofradías de Pontevedra señalan que el problema de la contaminación de la ría procede de la depuración de las aguas residuales" y no de la pastera. Recuerdan que a finales del 2014, la Comisión Europea amenazó con multar a España por la falta de depuración en la ría "de aguas urbanas, no industriales" de Pontevedra y recuerdan que ello provoca un problema económico para el marisqueo, con los cierres de los bancos marisqueros.

En ese aspecto, Ence echa mano de un estudio realizado en 2014 por la Universidad de Barcelona, en el que se analizó ADN bacterial y concluyó que en el afluente de Ence no hay ningún tipo de coliforme procedente de ningún ser vivo. "El origen de las coliformes fecales son los excrementos, no el agua procedente de la cocción maderera", apuntan desde la pastera.

En cuanto a la calidad del aire, Ence recurre al página 19 del informe sobre la Calidad del Aire en el Estado Español 2014, donde se recoge que Pontevedra respira de un ambiente que mejora las recomendaciones de la OMS. En relativo al olor, recuerdan que se redujo en más de 99% la situación anterior a 2010, pasando de 140 minutos al día a 11 minutos al mes y recuerdan que "continúan los trabajos para la erradicación completa del mal olor".

Ence también desmiente las acusaciones en las que se indica que no existen inspecciones ambientales suficiente por parte de la administración, cuando está sometida a "rigurosos controles" del "más exigente sistema de gestión ambiental (denominado EMAS)", unos datos que son públicos. Así, indica diariamente en la web de la empresa los datos ambientales.

Desde la pastera también consideran "impresentables" las dudas que genera el Libro Blanco "sobre posibles impactos a la salud sobre la actividad de Ence". Así, recurren a a un informe del Centro Nacional de Epidemiología en el que no se encontró ninguna "desviación sobre el cáncer en la zona de Pontevedra con respecto a todo el resto de la costa gallega".

Empleo y ganancias

En cuanto al impacto económico, la empresa acusa a APDR de "mentir" al "omitir datos". "Ence recibe para su procesamiento la madera gallega que aportan más de 260 (puestos) cada día. En la fábrica trabajan 366 empleados contratados directamente y hay cada día cerca de un centenar de trabajadores de empresas contratistas realizando diferentes trabajos. Cada dos días, 18 camiones movilizan durante una jornada entera pasta de papel de Ence al puerto de Marín", indica la empresa, aportando según el método de análisis del Instituto Galego de Estadística, más de 5.000 empleos en Galicia, 800 de ellos en la comarca. También apunta al paro en la ciudad, criticando que el Libro Blanco la sitúe "en la media del nivel de empleo de las 7 ciudades gallegas y desde la empresa preguntan a quienes están defendiendo los autores del Libro Blanco. "Por cada 3 parados que hay en Santiago, en Pontevedra hay 4", señala la empresa.

También señala "mentiras" en cuenta a los resultados económicos de Ence, que señala ganancias de 140 millones de euros al año "dado que aproximadamente el 30% del resultado procede de la energía y la reforma eléctrica penalizada duramente la producción de energía eléctrica con biomasa".

Agua y traslado

En cuanto al abastecimiento de agua, la pastera señala que tiene una presa en Bora, que cubre toda su necesidad "asumiendo costes" que forman parte de la facturación mensual, así como "casi un millón de euros al año de canon de vertidos".

En cuanto al traslado, Ence apunta a que una nueva fábrica costaría entre 700 y 800 millones de euros "y no sería viable económicamente" apuntando a la competencia de los países del sur, "con legislaciones ambientales menos exigentes y costes de madera más bajos".