Las empresas que dragaban el Lérez para extraer áridos destinados a la construcción, han abandonado el río hace varias décadas. Desde entonces, su cauce urbano acumula sedimentos formados por los arrastres naturales, los residuos vertidos por antiguos saneamientos y, últimamente, también por los movimientos de tierra originados por varias obras de infraestructura que se acometen a lo largo de su cauce. Esto motiva que el lecho del río se asfixie bajo toneladas de fango y tierra, y que las embarcaciones no tengan suficiente calado a veces para navegar.

Tanto el Club Naval de Pontevedra como las cofradías de la ría han demandando en varias ocasiones el drenaje del río, tanto para sanearlo como para lograr suficiente calado para sus embarcaciones. Sin embargo, marineros jubilados de la zona, como Sabino Martínez, sostienen que esta necesidad no es real, porque "de toda la vida" el río acumuló arena en el tramo donde hoy se asienta el Club Naval y porque, a juicio de este industrial del mejillón jubilado, un dragado acarrearía "consecuencias desastrosas" para los bancos marisqueros y para el fondo de la ría.

Navegabilidad

Apunta, por otra parte, que en la actualidad ya no remontan el río embarcaciones de gran calado, que requieran una navegabilidad mayor que la que tiene el río. Para Sabino Martínez, presidente de la asociación de vecinos "San Roque", la solución al calado que necesitan las embarcaciones de recreo, pasaría por trasladar los pantalanes donde amarran río abajo, hacia la boca de la ría. "Si lo hubieran consultados con los marineros, el Club Naval no estaría donde está", afirma Martínez, quien recuerda que antaño se varaban los barcos de pesca en la misma zona donde ahora las lanchas de recreo no encuentran calado, pero intencionadamente, para pintarlos y arreglarlos.

Este marinero jubilado sostiene además que dragados hechos hace medio siglo para satisfacer los intereses de la Escuela Naval, supusieron verdaderos "desastres ecológicos" para la zona. "Si lo vuelven a hacer, los mariscadores se echarían las manos a la cabeza", asegura Martínez Fontán.

Otros marineros de A Moureira como Antonio García, todavía en activo, corroboran que la arena siempre se acumuló en los tramos más estrechos del río, como en la zona de A Barca. Recuerda incluso que en otras épocas "hasta se podía pasar caminando de una orilla a otra" cuando la marea estaba baja. Entonces el problema del calado se solventaba con la actividad de las dragas industriales, que explotaban comercialmente los áridos.

Las viejas gabarras de madera, que extraían la arena con cucharas y palas, han dejado de actuar en el Lérez hace varias décadas. Estas embarcaciones operaban desde la desembocadura de Os Gafos hasta el puente del tren.

Pero las cofradías de la ría defienden la necesidad de nuevos drenajes, para sanear la ría y el Lérez, y también para facilitar la navegación de los mariscadores a flote. Lo piden, eso sí, bajo la supervisión de sus propios técnicos, para no dañar los bancos marisqueros.

Puerto deportivo

También los casi 140 usuarios del puerto deportivo de Pontevedra vienen reclamando esta actuación desde hace años. De ella depende, explica su presidente, Carlos Paz, la pervivencia de esta entidad y la navegabilidad del Lérez.

Paz indica que la decantación de arena en el fondo del puerto deportivo se ha agravado en los últimos meses, debido a las obras de los nuevos puentes sobre el Lérez, lo que provoca que en la bajamar, las embarcaciones queden encalladas sobre el fondo del río y la navegación se haga imposible.

Portos de Galicia

Estas cuestiones ya fueron expuestas al presidente de Portos de Galicia, José Juan Durán, quien anunció a los directivos del Club Naval que en el plazo de dos meses se habrán tramitado los permisos pertinentes para acometer el dragado de la entrada de la ría. La obra se haría en el plazo de "unos cuatro o cinco meses", les aseguró.

La actuación se acometería hasta el puente de O Burgo, o al menos así lo han demandado los deportistas y propietarios de embarcaciones asociados al club pontevedrés.

Por el momento, Portos de Galicia ha solicitado a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas la calificación ambiental del proyecto. Este informe definirá los requisitos a cumplir de cara a la posterior contratación de los trabajos.

Se trataría del dragado de mayor magnitud ejecutado por el ente público –indicó su presidente– ya que se trata de un proyecto "de gran complejidad técnica y económica", aseguró Durán Hermida a los directivos del Club Naval, cuyo portavoz, Carlos Paz, apuntó que "confiamos en que se cumplan los plazos y que el proyecto llegue a ser una realidad".