En 1933 los vecinos de Lérez celebraban la apertura de su anhelado centro social. El local de "Juventud Lerezana" (entidad ya desaparecida) se levantaba gracias a las aportaciones de los vecinos de la parroquia. Unos cedieron tierras, los que podían contribuyeron con dinero, y otros con su propio trabajo, o incluso con los materiales necesarios para levantar el edificio.

Siete años después, con el final de la Guerra Civil y el triunfo de las tropas golpistas del general Franco, el Estado incautaba el edificio a los vecinos de Lérez, sus auténticos propietarios, y el local pasaba a engrosar el patrimonio de la dictadura.

Durante los años de Democracia, el viejo "tele club" se fue degradando hasta sucumbir a la ruina, hace solo una década. Fue entonces cuando la Comunidad de Montes de Lérez, entidad que recogió el testigo de la desaparecida "Juventud Lerezana", se embarcó en la tarea de restaurar, o reconstruir el edificio, objetivo que ahora se convierte en realidad con una inversión de 600.000 euros, en un 65% aportado por el Concello de Pontevedra.

Colaboración de los vecinos

Los comuneros destinaron todos los fondos de la sociedad a esta reconstrucción. Necesitaron además la colaboración económica de muchos vecinos, que volvieron a contribuir en la iniciativa como 79 años atrás, ya que los terribles incendios del año 2006 dejaron a esta entidad sin la parte fundamental de sus ingresos: la madera del monte.

La Comunidad de Montes, que en la actualidad preside Miguel Vilacoba, prepara ahora la reapertura de la casa parroquial, que se celebrará con toda la solemnidad necesaria en la tarde del próximo sábado. Como el nuevo local social tiene una capacidad de solo 90 personas sentadas, el domingo 12 se celebrará una jornada de puertas abiertas, en la que todas las personas que no puedan acceder al edificio en el acto del sábado, podrán visitar las nuevas instalaciones durante todo el día.

Nuevo edificio

El nuevo edificio tiene un total de mil metros cuadrados útiles, distribuidos en tres plantas y otra bajo cubierta, con salón de actos, local destinado a cafetería, aulas para distintas actividades y oficinas para las diferentes entidades de la parroquia. Del viejo edificio solo se conservó la fachada.

La Comunidad de Montes, propietaria del edificio, prevé sacar la cafetería del centro a concesión, con el objetivo de que los concesionarios se encarguen además del mantenimiento del inmueble.

El alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, y la concejala delegada de la parroquia, Pilar Comesaña, visitaron ayer las obras, acompañados del presidente de la Comunidad de Montes, Miguel Vilacoba. El regidor apuntó tras la visita que los vecinos de Pontevedra "deben mucho" a la parroquia de Lérez, porque ésta cedió los terrenos sobre los que se asientan el campus universitario de A Xunqueira, el pabellón de deportes, o la Illa do Cobo, entre otros espacios públicos de los que ahora disfrutan todos los pontevedreses.

De ahí que el Concello "se sienta satisfecho" –explicó Lores– de poder corresponder a los vecinos de Lérez, por su generosidad, con la aportación de el 65 por ciento del coste de esta obra.

Sorpresa

En la visita realizada ayer, el alcalde pudo conocer una de las principales sorpresas que la Comunidad de Montes reserva para la presentación del próximo sábado. Se trata de un mural, pintado en el interior del edificio, en el que se representa el viejo inmueble, enmarcado en un paisaje de la parroquia, con algunos de los personajes más conocidos de Lérez y los impulsores de esta casa parroquial.

En adelante, la Comunidad de Montes quiere dotar de contenido el centro cultural, con la colaboración de las otras entidades sociales de Lérez, así como del Concello de Pontevedra, "para rentabilizar la inversión", explicó Vilacoba.

Además, el próximo año se conmemorará el 80 aniversario de la construcción de este inmueble, con lo que programarán actividades especiales para celebrar la efemérides.

En cuanto al acto de inauguración del próximo sábado, incluirá unas explicaciones de lo que esta casa ha significado a lo largo del último siglo, a cargo de Xosé Álvarez y de Jaime Iglesias, así como una actuación del grupo de música tradicional Trepia y una recreación de los títeres de Barriga Verde.