Los empresarios locales asisten con preocupación al pulso que mantiene Ence con la administración, y en concreto con la Xunta de Galicia, por la permanencia de la fábrica de Lourizán más allá de 2018 (año en el que vence la concesión estatal de los terrenos que ocupa a orillas de la ría de Pontevedra) y de manera especial que se utilice el cierre "sin más" de la planta como un elemento de presión.

"O se busca ya una ubicación alternativa para que cuando llegue el 2018 pueda haber una nueva fábrica en marcha o estamos hablando de un cierre puro y duro" señalaba ayer el presidente de Aempe y vicepresidente de la CEP, José María Corujo, que advertía que "el tiempo se agota". Una reflexión y una advertencia que hacía extensible a Electroquímica del Noroeste SA (Elnosa) que además tiene una "orden" de cierre cercana y concreta: el 6 de enero de 2014.

Para este portavoz empresarial la responsabilidad de definir un plan industrial alternativo está en manos de las empresas, y siempre es mejor que puedan contar y negociar ayudas con las administraciones, pero insiste en que son las direcciones de ambas multinacionales a las que "toca" posicionarse y sin dilación.

"Me gustaría ver que se dan pasos en esta línea (definición de un plan industrial), aún preservando la necesaria discreción que necesitan proyectos de estas características" apunta José María Corujo, que se declara consciente de que "Pontevedra y su comarca se juega mucho: en puestos de trabajo, en sinergias empresariales, en intercambios económicos....". Ante esta encrucijada, el presidente de Aempe no pierde la esperanza de que "las mentes sesudas que están al frente de ambas compañías y dirigiendo la Xunta de Galicia se sienten a hablar, pensar y negociar una solución".

No es un juego

También el presidente de la Cámara de Comercio de Pontevedra, Francisco Moldes, se muestra preocupado por lo que pueda ocurrir con el complejo industrial de Lourizán a medio plazo, "Todos hemos asumido que el emplazamiento de Ence y de Elnosa no es el mejor pero tenemos que conseguir que se queden en la comarca".

Para el presidente cameral "no se puede jugar, y con la que está cayendo aún menos, con el empleo y la productividad empresarial porque al fin y al cabo son los trabajadores y los empresarios los que generan riqueza, son los que tienen en sus manos la reactivación económica".

Moldes y Corujo coinciden a la hora de reclamar, y de manera especial, a Ence "claridad" sobre los planes que reserva para la fábrica de Pontevedra, dado que la compañía opta por el silencio cada vez que la salta alguna noticia relacionada con su futuro y también en instar a la Xunta a que fuerce un diálogo sobre la posible reubicación en la comarca, en la provincia o en Galicia de la fábrica de Lourizán.

El temor de los dos portavoces empresariales, que comparten con la propia plantilla, es que Ence se juegue todo a una carta: intentar conseguir una prórroga de la concesión de Lourizán y mantener la actividad fabril en su actual localización. Una batalla que estaría librando en Madrid.

El plan B ante un hipotético fracaso de esta apuesta sería, según el análisis que hace Aempe y la Cámara, el cierre de Lourizán y el traslado de su producción a la planta que Ence tiene en la localidad asturiana de Navia. Una opción, esta segunda, que según las organizaciones empresariales locales habría que evitar a toda costa.

Afectados directos

Cuando menos cuatrocientos trabajadores pontevedreses siguen con atención, enojo y desasosiego las periódicas declaraciones, en un sentido y otro, sobre la continuidad de la actividad industrial que se desarrolla en Lourizán. Son los 325 empleados directos de Ence y los 80 de Elnosa que ya han advertido públicamente que no están dispuestos a aceptar "sin más" un cierre de sus respectivos centros de trabajo y una condena al paro.

Los comités de las fábricas ya han solicitado sendas entrevistas con los consejeros delegados de las compañías para conocer de primera mano las previsiones de futuro en lo tocante a su continuidad laboral. Cuando tengan esta información en la mano serán las asambleas de trabajadores de la pastera (Ence) y de la clorera (Elnosa) las que decidan que pasos van a dar para responder a lo que consideran un "ataque directo". No se descartan movilizaciones además de la apertura de un calendario de contactos institucionales.