Con caras de sorpresa e incredulidad se quedaron ayer sobre las 18.30 horas varios agentes forestales de la Xunta que realizaban trabajos de desbroce, limpieza y mantenimiento de la vegetación de las Cíes en las inmediaciones del "Alto da Campana" cuando encontraron entre la flora un artefacto de hierro oxidado que resultó ser un arma de fuego abandonada.

Uno de los trabajadores realizaba labores de limpieza con una máquina desbrozadora en la isla conocida como del Medio o del Faro en las inmediaciones del observatorio de aves del Alto da Campana cuando la máquina tocó un pedazo de metal. El trabajador paró la maquinaria y se agachó para recoger el objeto oxidado y comprobó que éste presentaba la forma de una pistola en estado de descomposición.

Los agentes forestales trasladaron el arma a sus dependencias y llamaron a los agentes de la Policía Local destinados en las islas. Poco tiempo después, un inspector se trasladó a las oficinas para entrevistar a los agentes forestales sobre lo sucedido y después de recabar su versión de lo sucedido se procedió a comprobar que, efectivamente, se trataba de un arma de fuego corta que podría ser del tipo revólver y que se encontraba oxidada y totalmente inservible.

Como se puede observar en la fotografía adjunta, el arma apenas mantiene la estructura metálica de la culata pero no conserva la empuñadura. El gatillo está pegado al cubre gatillo y el tambor en el que cargarían los proyectiles aparece como fundido por el óxido en el armazón. A pesar de su mal estado todavía se diferencia la barra de extracción (la barra pequeña situada bajo el cañón), el cañón y el martillo (la pestaña percutora situada al principio del cañón que golpea y dispara las balas).

Del primer análisis realizado al arma no se ha podido extraer ninguna información referente a su año de fabricación ni tampoco de su posible dueño ya que no se aprecian inscripciones en el armazón. Los primeros revólveres fueron manufacturados a principios del siglo XIX para las fuerzas armadas británicas en la India, pero no fue hasta 1835 cuando Samuel Colt patentó por primera vez esta pistola que se convertiría en el arma mítica de la conquista del oeste y de los correspondientes westerns.