Apenas cinco horas después de que el nacionalista Miguel Fernández Lores fuese investido, con los votos de sus compañeros de filas y de los tres concejales socialistas, de nuevo alcalde de Pontevedra, BNG y PSdeG-PSOE se volvieron a sentar para continuar avanzando en la negociación que tienen abierta para conformar un gobierno de coalición en Pontevedra.

Los negociadores, que ayer celebraron su cuarta reunión oficial, se adentraron en una nueva fase: "el reparto de áreas de responsabilidad que en teoría van a llevar cada grupo municipal" explicaba a la salida del encuentro el alcalde Miguel Fernández Lores, que encabeza la delegación nacionalista, en la que también están Raimundo González y César Mosquera.

"En todas las áreas hay cierta transversalidad y tenemos que tener claro los cometidos asignados y que cada una tenga la financiación oportuna de gasto corriente y de inversiones, que estén compensadas", añadía.

En la misma línea se pronunciaba el futuro portavoz municipal del PSOE y cabeza de la delegación socialista, Antón Louro, que insistía en la necesidad de hacer una distribución "de áreas de gobierno limpias, para evitar en el futuro interferencias, solapamientos y disfunciones". A su lado se sientan Agustín Fernández y Carlota Román.

En cualquier caso Louro y Lores recalcaron que "todavía no hay nada decidido" aunque "avanzamos con paso firme" hacia un objetivo que uno y otro ansían, según sus propias declaraciones.

Sin preferencias

"No hay preferencias, ni áreas vetadas, ni distribución preconcebidas" indicó el alcalde que, incluso aventuró que "cuando finalmente se conozca la ordenación de competencias puede haber sorpresas".

Lo fundamental para el portavoz de la delegación nacionalista es que "las responsabilidades asignadas a cada formación estén compensadas, que tengan inversiones para que todos podamos lucirnos".

PSOE y BNG retomarán el lunes las negociaciones para alcanzar un pacto de gobierno y en ambas partes existe el convencimiento de que el acuerdo llegará más pronto que tarde.