La empresa Tragsa esta a punto de finalizar la demolición de la nave que durante varios años (entre 1999 y 2003) albergó provisionalmente el mercado de abastos de la ciudad, pero que permanecía sin uso y abandonada desde hacía más de tres años. Después de casi dos meses de trabajos, las labores se centraban ayer en el derribo del último muro pendiente, hacia la calle Juan Manuel Pintos. A continuación sólo restará retirar el escombro.

Los trabajos son realizados por el Servicio Provincial de Costas (titular de esas parcelas marítimo-terrestres), que ya dispone de un proyecto con el fin de recuperar esa zona frente al río para el uso público. Se prevé crear en este solar -tanto el ocupado por el mercado provisional como los terrenos colindantes- un parque, presidido por una escultura acuática bajorrelieve, en la que se representará el litoral de la provincia de Pontevedra y las islas Atlánticas.

Una entrada a la ciudad

Los trabajos de demolición se iniciaron a mediados de enero y costaron alrededor de 170.000 euros. Se pone así punto final al uso de esos terrenos, tanto por parte de una fábrica de tejas como por el mercado, que funcionó cuatro años en ese lugar mientras se reconstruía la Plaza en su lugar original de la calle Sierra.

La recuperación de esa zona marítimo-terrestre es una vieja aspiración municipal, con el fin de mejorar el acceso a la ciudad desde O Burgo y desde la zona norte de la provincia.

En esa misma zona se acometen también trabajos de reforma urbana, en la avenida da Coruña, que se encuentran en su fase final. Desde el pasado lunes, 26 de febrero, permanece cortada al tráfico, pero su reapertura se considera inminente.

La asociación de comerciantes del casco viejo solicitó hace unos días que ese espacio ahora liberado junto al río Lérez se acondicionara como lugar de aparcamiento, pero el concello explicó que la normativa de Costas no permite ese uso, además de que en las inmediaciones ya existe una explanada de estacionamiento, alrededor del recinto ferial.