Más cámaras de vigilancia y medios aéreos para combatir el fuego en la provincia este verano

La provincia concentra de nuevo el 70% de las parroquias gallegas en alto riesgo

El personal de extinción se reduce respecto a 2023

Equipos de extinción en uno de los incendios más virulentos la historia de Galicia, con 10.000 hectáreas arrasadas en O Barco.

Equipos de extinción en uno de los incendios más virulentos la historia de Galicia, con 10.000 hectáreas arrasadas en O Barco. / BRAIS LORENZO

La provincia concentra el 70% de las parroquias gallegas de alta actividad incendiaria establecidas por la Xunta en el Plan de Prevención y Defensa contra los Incendios Forestales en Galicia (Pladiga). Este año, Ourense vuelve a contar con 28 de los 40 lugares más amenazados en toda la comunidad, la misma cifra que el pasado 2023. El Pladiga 2024 -pendiente de la aprobación definitiva en el próximo Consello de Goberno de la Xunta- decreta para estas zonas acciones más intensas de vigilancia, disuasión e investigación, con el objetivo de reducir la incidencia. El listado se realiza en función de la virulencia y el número de incendios registrados en años anteriores. El 25% de la superficie calcinada en la provincia en la última década ardió en las 28 parroquias con alto riesgo.

Cualedro, A Mezquita, A Gudiña, Oímbra y Vilariño de Conso son los concellos más afectados en toda Galicia: cada uno presenta tres parroquias especialmente vulnerables al fuego. Aunque el número total no varió respecto a 2023 en la provincia, sí hubo cambios de lugares. Requeixo, en Chandrexa de Queixa, y Parada da Serra, en A Gudiña, salieron del listado este año. Por el contrario, la Xunta incluyó San Millao, en Cualedro, y Santigoso, en A Mezquita.

Después de Ourense, Pontevedra es la provincia con más territorio en alto riesgo incendiario, con un total de seis zonas. Le sigue A Coruña, con cinco, y Lugo, con una. De las 40 parroquias señaladas en toda la comunidad, Camba, en Laza, es la que presenta una mayor superficie calcinada por las llamas. Solo en la última década, el fuego devoró 3.335,90 hectáreas. Por su parte, O Pereiro, en A Mezquita, es la que registró el número más alto de incendios: desde 2018, se contabilizaron 44 fuegos.

Intencionalidad

La intencionalidad del fuego es clara en Galicia. En la última década, el 74,6% de los incendios fueron provocados. En el caso de la provincia, la estadística es todavía superior: casi el 79% de los fuegos registrados desde 2014 tuvieron detrás el factor humano. De hecho, apenas el 3,5% de los episodios estuvieron relacionados con causas de tipo natural.

Para combatir la intencionalidad, el Pladiga establece una serie de medidas de vigilancia y prevención, lideradas por el Comité de coordinación policial antiincendios de Galicia. El organismo se encargará de delimitar las zonas de especial vigilancia, así como su cobertura por parte de los cuerpos de seguridad. Los comités provinciales, por su parte, deben desarrollar planes operativos, además de realizar el seguimiento de la coordinación operativa.

Desde 2018, la tecnología también juega un papel importante en la lucha contra los incendios. Este 2024, la Xunta reforzó la red de vigilancia de espacios forestales con 24 cámaras en 12 nuevas localizaciones, tres en cada provincia. Así, en el conjunto de Galicia, actualmente hay 177 dispositivos de grabación repartidos en un total de 88 lugares. Ourense cuenta con una treintena de centros de vigilancia, repartidos entre diversos puntos de la provincia. El objetivo de las cámaras, localizadas en zonas de alta actividad incendiaria, es detectar las llamas y visualizar en directo la evolución de los fuegos y de las tareas de extinción, además de facilitar las posteriores tareas de investigación.

Por otra parte, este año el Gobierno autonómico implantó nuevos móviles y tablets en las motobombas (camiones), que permitirán a los conductores contar con nuevas herramientas como datos de rutas, puntos de agua operativos o predicción meteorológica.

Más medios aéreos

El Pladiga también incluye la dotación de medios de extinción para hacer frente a los incendios en la campaña de verano de este año. En el conjunto de Galicia, establece un total de 5.520 personas (entre plantilla de la Xunta, Estado y municipios), lo que supone una disminución de un centenar respecto a los efectivos disponibles en 2023. En la provincia, el documento cifra en 1.519 los trabajadores que formarán parte de la campaña de verano, es decir, medio centenar menos que el pasado año.

Cabe destacar que este 2024 aumentan los medios aéreos de extinción, cuyo papel es fundamental en aquellos fuegos originados en zonas montañosas de difícil acceso por carretera. Ourense contará con 13 aeronaves (4 del Estado y 9 de la Xunta), 2 más que en la pasada campaña (son dos aviones de carga en tierra, dependientes de la Administración autonómica). En el conjunto de Galicia, la dotación de medios aéreos asciende este año a una treintena (20 aeronaves son de la Xunta y 10 del Gobierno de España).

Más de 102.000 hectáreas calcinadas en la última década

Las llamas han calcinado en la provincia más de 102.000 hectáreas durante la última década, más del 18% de la superficie total del territorio. El impacto del fuego es mayor en Ourense que en el resto de la comunidad, donde ardieron menos de 82.000 hectáreas en el mismo periodo, repartidas entre A Coruña, Pontevedra y Lugo.

Si bien el 2023 “no fue un mal año en lo que a estadística se refiere” -en Galicia ardieron 6.748 hectáreas-, según recoge el propio documento del Pladiga, la provincia ourensana fue la más afectada por las llamas, con 1.240 hectáreas arrasadas. Desde 2014, los años más duros fueron 2017 (más de 62.000 hectáreas calcinadas) y 2022 (más de 51.000). Además del número de fuegos, cabe destacar el aumento de los grandes incendios forestales, aquellos en los que se calcinan más de 500 hectáreas. En la provincia ourensana, durante la última década se registraron 34 incendios de este tipo, que supone el 51% de los de toda Galicia.

Las horas

El Pladiga recoge la superficie afectada por las llamas en la última década, así como los meses de mayor actividad. Pero también incluye la distribución de los incendios según la hora del día. En la provincia ourensana, la tendencia es clara: desde 2014, la mayoría de los fuegos se originaron entre las 14.00 y las 21.00 horas. En esa franja horaria, en la última década se registraron 4.164 incendios. Por el contrario, las horas de menor actividad se corresponden con la madrugada.

Suscríbete para seguir leyendo