Sanitarios del CHUO alertan del aumento de psicosis entre jóvenes por consumo de drogas

El cannabis es la principal sustancia con impacto en la salud mental de los adolescentes por ser la más común

Los síntomas varían: desde agitación o delirio a apatía y aislamiento social

Andrea Nóvoa, Natanael Domínguez y Juan Sueiro, especialistas en salud mental.

Andrea Nóvoa, Natanael Domínguez y Juan Sueiro, especialistas en salud mental. / ALAN PÉREZ

El consumo de drogas en edades tempranas conlleva un impacto directo en la salud mental muchas veces desconocido. Los profesionales del área de Psiquiatría del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) dan cuenta de las consecuencias, y alertan del incremento de psicosis entre adolescentes derivado del abuso de sustancias. “Vemos que el cannabis es el principal inductor por varias razones: por ser la droga más extendida, la más banalizada y la de más fácil acceso”, apunta el psiquiatra Natanael Domínguez.

En noches de celebración (como el pasado fin de semana, con las fiestas en el barrio de O Couto), la mayoría de las atenciones urgentes a adolescentes se producen por intoxicaciones etílicas, pero permiten descubrir el consumo de sustancias como el cannabis. “Los periodos festivos nos abren una ventana para sacar una fotografía de cómo está este grupo poblacional, lo que sucede un fin de semana de fiesta sucederá más adelante, por lo que debemos estar muy atentos”, explica Domínguez.

La prevalencia de la adicción a las drogas entre jóvenes no ha aumentado en los últimos años (según las estadísticas existentes a nivel nacional), pero sí que han crecido los efectos perjudiciales sobre la salud mental. “La manipulación genética del cannabis hace que su potencial de facilitar psicosis sea mayor ahora que en décadas anteriores, al igual que el incremento de su dependencia”, asegura Juan Sueiro, psicólogo del CHUO. Los adolescentes son los más vulnerables a su efecto, por encontrarse todavía en una etapa de desarrollo. “No es lo mismo consumir a los 14, que a los 18, que a los 30, aunque en todas las edades sea perjudicial”, destaca María Tajes, jefa del servicio de Psiquiatría del hospital ourensano.

Factores de la psicosis

La psicosis es un trastorno mental grave que, aunque socialmente se relacione con el delirio, incluye un amplio espectro de síntomas. “La fenomenología de la enfermedad es mucho más variada que la agitación y el delirio, ya que afecta a la cognición, a la interacción social, al afecto, al estado de ánimo... Va transformando a la persona y es muy significativo lo que la merma”, detalla Domínguez. En este sentido, señala síntomas como la apatía, la abulia o el aislamiento social, que pueden pasar más desapercibidos entre adolescentes. “No son síntomas floridos, pero desvelan que detrás empieza a eclosionar un trastorno mental que estaba latente, siendo las drogas lo que lo anticipa en muchos casos”, comenta el psiquiatra.

El joven que desarrolla el trastorno cuenta con una serie de condiciones internas y externas, pero el consumo de sustancias acelera el proceso. “Esa persona presenta una vulnerabilidad de base que no responde únicamente a factores genéticos, sino también ambientales, problemáticas perinatales, estructura social alrededor o drogas, entre otros. Pero el factor genético siempre está en el centro”, puntualiza.

De ahí que los expertos incidan en la importancia de frenar la adicción a sustancias como el cannabis entre las nuevas generaciones. “Este es uno de los factores en los que podemos intervenir para proteger a los jóvenes”, destaca María Tajes.

El consumo no solo facilita la aparición de la psicosis, sino que también agrava el pronóstico. “Los pacientes con trastorno mental grave tienen más riesgo de abuso de sustancias. Si tienes un trastorno de base, consumes y lo desarrollas, no tienes estructura social que te proteja, volverás a recaer, lo que anticipa las recaídas y las agrava”, detalla Domínguez. De hecho, el tratamiento farmacológico contra la psicosis pierde eficacia si no se abandona el hábito nocivo. “Dejarlo no es sencillo, pero hay que trabajar en ello. De entrada no tienen conciencia de enfermedad, porque es algo que está bien visto en el círculo social, te sientes integrado...”, indica Juan Sueiro.

Cómo llegan a Psiquiatría

Los jóvenes con psicosis llegan al servicio de Psiquiatría a través de dos principales vías: desde Urgencias o desde Atención Primaria. A Urgencias acuden aquellos que presentan cuadros de delirio y agitación severa. “Los suele traer la familia por esa agitación y por un discurso delirante, divorciado de la realidad. Ahí ya les atiende un psiquiatra e identifica lo que pasa”, señala Domínguez. Aquellos que presentan apatía y aislamiento llegan desde su médico de cabecera. “Al profesional le puede saltar la alarma y lo envía a consulta con el psicólogo, quien ya valora la situación y nos lo envía a salud mental del hospital”, añade.

“La prevención se inicia en el entorno familiar”

Andrea Nóvoa, enfermera especialista en salud mental en el CHUO, destaca la importancia de trabajar en los hogares para prevenir el consumo de drogas de los jóvenes. “La prevención se inicia en el entorno familiar, con una educación que se centre en trabajar y hablar directamente del consumo”, asegura Nóvoa, que destaca las dificultades de muchas familias a la hora de tratar el tema de la drogodependencia.

“En muchas ocasiones vemos que los padres o cuidadores no saben qué hacer, en cuanto se enteran de que hay un consumo hacen un registro de la habitación del adolescente y lo culpabilizan, lo que provoca una respuesta de más rebeldía y desconfianza”, explica. Por ello, recomienda hablar sin tapujos y escuchar al joven. “Es importante entender qué pasa, la raíz del consumo es algo multidimensional, algo está pasando en la vida de ese adolescente para que decida consumir droga”, recalca.

La atención que se realiza desde salud mental incluye sesiones de prevención, tanto con el menor de edad como con su familia. “Lo principal es que se genere un vínculo con el paciente, que tenga confianza en los profesionales”, apunta. Nóvoa considera fundamental el impulso de campañas de prevención del consumo de drogas en el ámbito escolar, en las que también se aborde su impacto psiquiátrico. “Es un eje importante porque es su entorno más habitual, donde hay esa presión social por consumir y donde más necesario es desmitificar”, indica la enfermera.

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