El "tirón de orejas" a Jácome por no aclarar si se adhiere al programa "Xantar na casa" para personas vulnerables

El programa Xantar na Casa, al que se han sumado ya 200 ayuntamientos de Galicia, permite llevar menús equilibrados para los 7 días de la semana a personas mayores dependientes o en riesgo de exclusión. Los concellos interesados solo tienen que ratificar si se suman a la iniciativa y, a cambio, la Xunta corre con el 50% del coste y pone incluso en casa de los usuarios electrodomésticos –como neveras y microondas–, en el caso de que el beneficiario no disponga de ellos para que puedan conservar y calentar los menús, que se le entregan juntos para toda la semana.

El concello y los propios usuarios solo tendrán que cofinanciar el 50% restante para poder garantizar así que las personas más vulnerables o dependientes tengan garantizado un menú diario con dieta equilibrada.

Tirón de orejas de la Xunta

Sin embargo, según afirmó ayer el gerente Consorcio Galego de Servicios de Igualdade e Benestar, Perfecto Rodríguez, este organismo, que cursó esta propuesta en enero de al Concello de Ourense presidido por el alcalde Gonzalo Pérez Jácome, no ha dado respuesta alguna sobre si acepta o desecha esta propuesta para sus ciudadanos.

Por eso el gerente del consorcio, explica que si algunos usuarios dejan de recibir los menús “no es culpa del Ejecutivo gallego” sino del Concello de Ourense. Así lo señaló este responsable autonómico en la Comisión 5ª de Sanidad, Política Social y Empleo del Parlamento de Galicia en la que apuntó que mientras el Concello de Ourense no dé luz verde a dicha propuesta remitida por la Xunta no se podrá avanzar en la implantación del servicio.

En este sentido, Perfecto Rodríguez aclaró que Xantar na Casa es un programa autonómico y de características distintas al Comedor sobre Rodas municipal y que, por lo tanto “ni se trata ni se puede sustituir de manera automática un servicio por el otro, tal y como pretende el ayuntamiento, pese no haber aprobado el convenio de incorporación” .

En este sentido, desde el Consorcio se le transmitió al Concello de Ourense que aunque este ratifique su adhesión al Xantar na Casa en las próximas semanas, que es un requisito previo imprescindible, la incorporación de los usuarios se hace siempre de manera progresiva.

El gerente insistió en que a día de hoy sigue sin tener constancia de la aprobación del convenio de adhesión a Xantar na Casa por parte del Concello de Ourense, por lo que si los usuarios del servicio municipal dejan de recibirlo en ningún caso es por culpa del Ejecutivo autonómico.

En este momento, de los 200 municipios de Galicia que están adheridos a este programa de la Xunta de Galicia, 57 son de la provincia de Ourense. Xantar na Casa tiene en la actualidad más de 2.000 personas usuarias que reciben en sus hogares la comida para los siete días de la semana. Un menú que está estudiado además dietéticamente para garantizar una alimentación sana y equilibrada.

Otro servicio en riesgo tras suprimir el Comedor sobre Rodas

Esta llamada de atención del Consorcio Galego de Benestar al responsable del gobierno local de la ciudad se produce semanas después de que el Concello de Ourense diera de baja el servicio de Comedor sobre Rodas, otro programa similar, a la espera de que la Xunta asuma un mayor coste del mismo. Gonzalo Pérez Jácome también justificó que el hecho de que decidiera de forma unilateral suspender este servicio a la espera de que la Xunta asuma el coste casi integro del mismo y para que se mejoren la calidad de los menús. De hecho señaló que el número de usuarios, en este caso del Comedor sobre Rodas, cayó progresivamente de 400 a menos de 60 usuarios, porque la comida “era mala”. No obstante este silencio del regidor a esta propuesta de unirse al Xantar na Casa parece responder a un nuevo modelo municipal de gestión que ya ha levantado polvareda y que Democracia Ourensana, el partido de Jácome, materializó con una moción presentada al pleno del Concello para exigir que Xunta y Gobierno central financien el 100% de los servicios sociales del municipio. Se basa en un cambio normativo según el cual esas dos administraciones y no los concellos deben asumir los servicios sociales, una teoría desmontada por todos los grupos municipales, que votaron en contra.

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