Champán y globos para inaugurar su terraza hostelera: "Tuve que pelearla durante años en los juzgados"

Juan Gonçalves instaló ayer en la Praza das Mercedes de Ourense las mesas de su local hostelero

El juez obligó al Concello a darle la licencia de veladores que tenían los otros bares colindantes

Jorge, el propietario de O Rosal (tercero por la izquierda), con su mujer y clientes ayer estrenado los veladores de su local.

Jorge, el propietario de O Rosal (tercero por la izquierda), con su mujer y clientes ayer estrenado los veladores de su local. / Alan Pérez

M.J.A.

“Llevo cuatro años de trámites en el Concello y luego en el juzgado, esperando para conseguir un derecho que todos los locales de la Praza das Mercedes tenía y que yo tuve que pelear desde 2019 en el juzgado. Fue una auténtica injusticia, por eso he sacado el champán y los globos; esto es un fiesta, hemos vencido a la “mano negra” del Concello", señalaba ayer Jorge Gonçalves, propietario del café bar O Rosal.

Apoyado por su esposa y algún cliente del local, el hostelero celebraba la instalación de las primeras tres mesas de las nueve —con sus correspondiente 4 sillas cada una— que le otorgó el Concello, obligado por el juzgado, pese a que los demás hosteleros de la zona disfrutan desde hace años de esos veladores sin obstrucción alguna por parte de los técnicos municipales.

El caso del café bar O Rosal era conocido y transcendió incluso por pintoresco fuera de Ourense porque el escaparate de este hostelero de la Praza das Mercedes fue durante estos años el tablón de anuncios de su malestar, el lugar empañelado donde ponía los recortes de periódico que daban cuenta de su marginación; de belenes reivindicativos con las supuesta “mafia” municipal que hacían pararse a los viandantes para leer su protesta y para solidarizarse en muchos casos con el hostelero.

“Tener que recurrir a un abogado y pagar sus honorarios para defender algo que me correspondíano tiene precedentes”, afirma Jorge. De hecho, uno de los argumentos que se barajaban en las continuos escritos denegándoles permiso de velador era que produciría “impacto ambiental” en la zona, cuando esa plaza estaba invadida de veladores de los otros locales colindantes. El “¿por qué a mi no?” nunca dejó de ser la pregunta molesta con la que el hostelero acabaría en el juzgado.

La justicia ya le dio la razón hace un casi un año, con un fallo en el que el juez obligaba al Concello a volver a redistribuir las terrazas de la Praza das Mercedes y a dejar el espacio y veladores que le corresponden a O Rosal. Es decir ,que desde que se dictara sentencia han pasado otros 12 meses hasta el día de ayer.

El fallo obligó al Gobierno local a restar espacio a otros bares adyacentes para dejarle el que le corresponde a Jorge Gonçalves, tras estimar el recurso que había presentado el hostelero en el juzgado como última vía. Finalmente este mismo año, hace poco menos de dos meses, un decreto de Alcaldía ratificaba la concesión, enumerando además la ubicación de las disputadas mesas y sillas para el café bar O Rosal.

“Puede que haya algún funcionario o técnico municipal que esté detrás de esta larga injusticia, yo no lo sé. Tampoco tengo nada que agradecer al alcalde, pues tuve muchas conversaciones con él, me daba gas y finalmente no hizo nada. Tuvo que ser un juez el que me otorgue ese derecho que tenía que haberme garantizado el Gobierno local”.

La batalla más dura ha terminado pero la guerra aún no remató del todo. En el escaparate del hostelero aún sigue colgada la palabra "mafia”. No se rinde. De momento, ayer colocó tres de las nueve mesas a las que tiene derecho. Las otras seis se ubicarán en el futuro próximas a la fuente de la plaza.

“Lo triste es que va a acabar pagando esto el ciudadano”, explica dolido. Tener que pelear judicialmente ha tenido unos importantes gastos judiciales, que no existirían si tuviera su licencia por vía administrativa como el resto. Normalmente el que pierde paga sus honorarios y Jorge va a intentar que sea el Concello el que pague los gastos que le ocasionó en estos años.

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