Ourense entra en la Semana Santa, con la participativa procesión del Domingo de Ramos
Cientos de fieles participaron en la bendición de palmas y olivos por el obispo y acompañaron el paso de la Borriquilla
M.J.A.
Ourense entró de lleno ayer en los preámbulos el calendario religioso de la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos, con procesiones y misas específicas en muchas parroquias de la diócesis. Sin duda, la que se celebró en la ciudad fue la más multitudinaria, que arrancó pasada las 11.30 horas ante la Subdelegación de Gobierno, en el Parque de San Lázaro, desde donde partió la popular procesión de la Borriquilla seguida por los fieles.
Cientos de personas asistieron ayer a esta tradicional cita que comenzó con la bendición por parte del obispo, Leonardo Lemos, de los ramos de olivo y palmas que alzaba ante la fachada de Parque San Lázaro la multitud de niños y mayores allí congregados.
Esta cita especial para los creyentes tiene un doble significado. Por un lado representa la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, y además esta procesión del día de Ramos va encabezada en la capital por uno de los pasos más queridos, como es el de la Borriquilla. A eso se suma otra razón de índole pagana pero irrenunciable, y es que tiene relación con ese inicio de la primavera que convertía a los niños desde antaño en protagonistas, con sus palmas y ropas de estrena.
El paso de la Borriquilla que salió, como cada año por las calles de Ourense, hasta la catedral, donde se ofició la misa de Ramos, recrea a Jesús a lomos del burro o “pollino”, que lo llevó en su entrada triunfal a Jerusalén. Es conocido como el paso de la Borriquilla, y es una pieza del año 1960 obra del artista Santiago José Andrey.
La colorista procesión, que partió tras el acto de bendición atravesando el paseo hasta seo catedralicia, donde se ofició la misa de Ramos, fue seguida por fieles y fotografiada por muchos de los visitantes y turistas que están llegando ya estos días a la ciudad, algunos de inicio de sus vacaciones de Semana Santa.
La célebre frase de “Lázaro, Ramos... en Pascuas estamos”, resume un calendario religioso que, ayer, con esta procesión de Domingo de Ramos, entra ya en la liturgia de la Semana Santa. La siguiente cita es este miércoles con la misa crismal en la catedral, para dar paso ya al programa de Jueves y Viernes Santo, este último con la procesión del Santo Entierro.
Ayer, los ramos y palmas que se vendieron tanto en la plaza de abastos, donde lo que más se solicitaba estos días eran las palmas, algunas trabajadas de forma ornamental, como los ramos de olivo, estos últimos en puestos ambulantes repartidos por la ciudad tras ser bendecidos, serán colgados en muchas casas que mantienen la tradición, en balcones o ventanas como símbolo de protección, donde estarán parte del año. Tradiciones que, entre los creyentes, se mantienen desde generaciones.
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