Un proyecto del campus define estrategias para aprovechar los restos de la poda y el bagazo
Une a investigadores de Ciencias y de Empresariales y Turismo y estudia también la posible creación de un centro de tratamiento
S.F.
El 40% de los residuos que genera la producción vitivinícola –la mayor parte restos de poda de la vid y bagazo–, se queman en el suelo, lo que conlleva un problema ambiental de contaminación, pero también económico. Este sector es, además, una de las actividades agrícolas más importantes a nivel mundial, y de las más relevantes en la provincia de Ourense, donde se concentran cuatro de las denominaciones de origen gallegas.
El diseño de estrategias para la gestión sostenible de estos restos –actualmente descartados por la industria alimentaria– e incluso la creación de un centro de tratamiento para su separación y revalorización es lo que persigue un proyecto de investigación en el que participan grupos de las facultades de Ciencias y de Empresariales y Turismo de Ourense. La iniciativa, interdisciplinar, está financiada por la convocatoria Inou de la UVigo con fondos de la Diputación, que da impulso a las iniciativas de investigadores jóvenes y de interés para la provincia de Ourense.
Miguel Ferreira Santos dirige la parte de Ciencias, en la que están implicados los grupos de Planta, Suelo y Aprovechamiento de Subproductos e Ingeniería Química, y Francisco Javier Sánchez Sellero, lidera el apartado representado por investigadores del departamento de Organización de Empresas e Marketing de la Facultad de Ciencias Empresariales y Turismo.
La idea parte de la necesidad de establecer fórmulas para dar salida a las millones de toneladas de residuos y subproductos que descarta la industria alimentaria a nivel mundial. Uno de esos sectores es el vitivinícola, con un importante impacto en la provincia. Así, el estudio realizado por este equipo buscó alternativas sostenibles para el aprovechamiento y valorización de las ramas y el bagazo obtenidos de la gestión de la vid y de la elaboración del vino.
Nuevas estrategias
Desde el ámbito científico y tecnológico, el proyecto permitió el diseño de nuevas estrategias en el procesado de potenciales residuos de esta industria, concretamente de las podas y de la trituración y maceración de la uva, a través de la separación y valorización individualizada de sus constituyentes: celulosa, hemicelulosas, lignina y extractivos. Las alternativas propuestas, detalla Pedro Miguel Ferreira, implicaron el uso de tecnologías innovadoras, como la explosión de vapor y el calentamiento óhmico, y disolventes respetuosos con el medio ambiente como agua, etanol y disolventes eutécticos. De tal manera que los investigadores lograron realizar una separación selectiva y eficiente de los compuestos de interés, como son los fenólicos, hemicelulosas y azúcares fermentables.
Entre los resultados más destacables de esta parte del proyecto, el equipo subraya que se constata que la aplicación de la explosión de vapor y calentamiento óhmico pueden ser procesos eficaces y ecológicos para el tratamiento de la biomasa lignocelulósica, como la de la poda de vid y del bagazo. De hecho, sería una “herramienta interesante” para la recuperación de compuestos biofuncionales (fenólicos y azúcares con potencial bioactivo), además de azúcares fermentables para la obtención de bioetanol utilizando plataformas de biorrefinería. Este aprovechamiento individualizado de los constituyentes de la vid y del bagazo que actualmente están infravalorados, abre la posibilidad de obtener ingredientes con valor añadido, que satisfacen la demanda de nuevos productos de interés industrial a partir de recursos naturales.
Impacto socioeconómico
Desde Empresariales y Turismo, el equipo realizó una evaluación del impacto socioeconómico de la revalorización de estos residuos en la provincia de Ourense y fruto de este estudio proponen la creación de un centro de tratamiento para la separación de los mismos. Esta iniciativa, indica Francisco Javier Sánchez, generaría valor inicial para las empresas vitivinícolas, facilitaría el acceso a la biomasa como combustible (evitando las quemas y la contaminación generada) y el aprovechamiento de los desechos para la generación de biocombustibles, además de la generación de puestos de trabajo sostenibles en medio rural. “La propuesta podría apoyarse en líneas de subvenciones por parte de la UE, pudiendo ampliarse a otras actividades de sectores afines de carácter agroganadero, incluso con la integración de plantas de biocombustibles”, concluye el estudio.
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