Ciervos y lobos vuelven a merodear por las tierras de Lobeira

La presencia habitual de jabalíes y corzos preocupa al sector ganadero, que repunta tras años de crisis | “Las batidas ayudan, pero no del todo”

Los siniestros causados por animales son un problema vial.   | // FDV

Los siniestros causados por animales son un problema vial. | // FDV / A. Ferradás

A. Ferradás

Lobeira es un municipio ourensano que pertenece a la comarca de la Baixa Limia, con menos de 800 vecinos. Del origen de su nombre hay algunas versiones, como la de ser tierra de lobos, o posiblemente tierra de liebres, señala el alcalde, Antonio Iglesias, que apunta que “los que hablan de eso no se ponen de acuerdo”. Pero la cuestión es que en este municipio “aún hay muchas liebres en la sierra que nos divide con la cámara de Melgaço, Portugal. En esa meseta existieron siempre, aunque ahora mucha menos cantidad, pero los cazadores siguen encontrando presas”, añade.

Aparte de este animal, en Lobeira siempre ha habido conejos, perdices, jabalíes, corzos, y ya se empieza a ver algún ciervo por la sierra del Castro Leboreiro, si bien son escasos. No era habitual verlos pero ahora sí. El regidor deduce que se debe a que vienen de alguna zona y se acercan.

En el municipio se organizan batidas de jabalí y de corzos. La presencia de estos animales “los ganaderos y los agricultores de patata y maíz no lo llevan bien, hay quejas por el jabalí. Las batidas algo ayudan pero no del todo”.El regidor añde que “o vigilan constantemente o tienen problemas”.

En estas tierras también se empiezan a ver lobos desde hace unos tres años: “Ya es habitual”. Explica el alcalde que hubo un periodo en que había muchos animales salvajes y que en ese momento abundó más el lobo, pero después fue perdiendo fuerza, y “ahora vuelve a recuperarse con fuerza y al ganadero del vacuno en extensivo les mata los terneros”.

En Lobeira la ganadería tiene presencia. Actualmente algunos tienen hasta 200 cabezas, y otros 50 o 100. “Va repuntando este sector, que estuvo durante años parado. La mayoría son jóvenes ganaderos”. Tienen “vacas sobre todo, rebaños casi no hay”, añade Antonio Iglesias.

Aunque predomina el minifundismo, en Lobeira no hay problema, ya que existen grandes parcelas. La gente está cediendo sus fincas para que las pastoreen, y “es un favor para todos, para que no crezca la maleza. Hay mucha colaboración por parte de los vecinos”, valora el regidor.