Once años y medio de cárcel por el “reiterado ataque sexual” a la hija menor de su prima

Tras abusar de ella entre 2009 y 2013, con la excusa de jugar a la ‘Play’, la violó después de amenazarla con una navaja y golpearla | El relato de ella es “claro, reiterado y creíble”

El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Ourense, a puerta cerrada.

El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Ourense, a puerta cerrada. / I. OSORIO

J. F.

Es el primo carnal de la madre de la víctima y, durante cuatro años, abusó sexualmente de la niña cuando la perjudicada tenía entre 9 y 13 años. En una ocasión, además, la violó, tras amenazarla con una navaja y golpearla. El autor de estos hechos, quince años mayor, negó los delitos pero la Audiencia Provincial de Ourense considera que hay pruebas para condenarlo a 11 años y medio de prisión. Por un delito continuado de abusos sexuales y un delito de agresión sexual, la Fiscalía y la acusación particular solicitaban penas de 19 a 21 años.

El tribunal ve probado que entre los años 2009 y 2013, cuando la menor tenía entre 9 y 13 años, el encausado “la acompañaba a su habitación con el pretexto de jugar a la consola, donde con ánimo libidinoso y conocimiento de la edad de la niña, le formulaba preguntas de contenido sexual y le tocaba las nalgas y las partes íntimas”.

“Si no haces lo que quiero, ya sabes lo que va a pasar”

En diciembre de 2013, el procesado acompañó a la víctima a su domicilio y la besó en los labios. Ella le dio una bofetada y él la agredió con una patada. Sobre las 20:30 del 29 de diciembre de 2013, momento en que la víctima tenía 13 años, el acusado usó el pretexto de acercarla a casa, la llevó en su coche a un parque y, una vez allí, sacó una navaja de la guantera y le dijo: “Si no haces lo que quiero, ya sabes lo que va a pasar”, recoge la sentencia.

El agresor llevó a la víctima al asiento trasero, llegando a golpearla en la cara porque la menor se negaba a mantener relaciones sexuales. Tras quitarle el pantalón y las bragas, la violó. Después la llevó a casa y la advirtió de que no dijese nada.

12 años de alejamiento y 25.000 euros de indemnización

Los magistrados imponen 12 años de libertad vigilada, así como la prohibición de acercarse a menos de 300 metros del domicilio o lugar en que se encuentre la víctima y de comunicarse con ella, en cualquier forma, durante 12 años. En concepto de responsabilidad civil, deberá abonar a la perjudicada –mayor de edad actualmente– 25.000 euros por daño moral.

La sentencia, que aplica una atenuante muy cualificada por las dilaciones indebidas de la causa, no es firme y cabe recurso de apelación al TSXG. El juicio se celebró a puerta cerrada en la Audiencia, en dos sesiones, con la declaración de varios testigos.

“Nuestra convicción se funda en el testimonio de la víctima claro, reiterado y digno de crédito para la sala, quien en todo momento (desde el momento de la denuncia inicial hasta el plenario) ha relatado de forma prácticamente monocorde el reiterado ataque sexual que sufrió”, subraya la Audiencia.

Los magistrados de Ourense consideran que el “relato verosímil y creíble” de la perjudicada “aparece corroborado por las pruebas pericial y testifical”. El tribunal destaca que en este caso, de manera “evidente”, concurre una situación de prevalimiento, pues el acusado era primo de la madre de la menor, “con la que el contacto era muy cercano”.

"El desequilibrio entre el sujeto activo de los hechos y la víctima es evidente"

Había “una diferencia de edad evidente (en el momento de la agresión sexual, el acusado tenía 28 años y la víctima 13), sin olvidar que los hechos abusivos previos a la agresión sexual ocurrían siempre en la vivienda del acusado, lugar en el que él, además de por la edad y por superioridad madurativa, podía tener un mayor dominio de la situación y la menor sentirse más desprotegida, por lo que el desequilibrio entre el sujeto activo de los hechos y la víctima es evidente”, argumenta la sala.

El procedimiento judicial se puso en marcha después de que la víctima contase lo que había sucedido a una amiga de su madre, y posteriormente a una profesora. A consecuencia de estos hechos, la perjudicada sufrió estrés postraumático.

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