La huelga de buses atrapa a peregrinos y viajeros con largas colas esperando taxi

La no inclusión en la orden de servicios mínimos de líneas de bus como la Ourense-Monforte generó el caos en la estación | Los sindicatos estiman el seguimiento en un 100%

Manifestación de los trabajadores del transporte ayer en la intermodal de Ourense

Manifestación de los trabajadores del transporte ayer en la intermodal de Ourense / FERNANDO CASANOVA

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La huelga gallega de 24 horas por un convenio digno para los trabajadores del sector del transporte, la mayoría conductores de autobuses, –que reclaman la mejora de los horarios laborales y sobre todo de los salarios, que siguen “inmutables”, denuncian, “pese a la subida del coste de la vida, y el enriquecimiento de las empresas del sector”– tuvo un seguimiento del 100%, indicaron los convocantes, que aseguraron que “muchos servicios mínimos no se cubrieron”. La Xunta estima, sin embargo, que el cumplimiento de los servicios mínimos fue, de media, del 64,80% en los autobuses interurbanos de la provincia y del 92, 68% en las líneas de transporte escolar.

Manifestación de los trabajadores del transporte, ayer, en la estación de buses de Ourense. |   // F. CASANOVA

Manifestación de los trabajadores del transporte, ayer, en la estación de buses de Ourense. | // F. CASANOVA / redacción

La situación se complicó especialmente a media tarde, coincidiendo con el regreso a casa de muchos estudiantes y familias y la llegada a la ciudad de turistas que iniciaban sus vacaciones de Semana Santa. Cientos de personas, algunas procedentes de otros puntos de España, que desde Santiago habían llegado a Ourense con la pretensión de coger aquí autobuses para hacer otras rutas, se encontraban sin servicio público por carretera. Estos últimos colapsaron la plaza de la intermodal a la espera de taxis, que eran insuficientes.

Los sindicatos atribuyen el problema a que la orden de servicios mínimos de la Xunta, no incluía los servicios mínimos del bus que desde hace meses, contrató Renfe para suplir el cierre eventual de la línea férrea de Ourense a Monforte (Lugo) debido a la electrificación de este tramo ferroviario.

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A falta de buses, atasco ayer para coger un tasis en la intermodal / FERNANDO CASANOVA

Esto afectó a muchos peregrinos, llegados unos de Sevilla, otros de Almería, que pensaban tomar desde Ourense el bus hasta Monforte (Lugo) y desde ahí a Sarria para iniciar a pie ese tramo del Camino Xacobeo y estaban atrapados en la ciudad de As Burgas.

La estación de buses estaba vacía ya desde media mañana. Solo aguardaban algunos viajeros como Julia, estudiante en Salamanca “donde no me enteré que había huelga; me vendieron igual el billete y ahora viene mi padre desde Vigo a recogerme”.

Para Elisa y su marido, rodeados de maletas ayer para pasar sus vacaciones en Entrimo, la jornada se complicó. “Viajamos en el Alvia de Vigo a Santiago, de ahí en tren a Ourense y ahora como no hay buses, tenemos que pagar un taxi para ir a Entrimo” , lamentaban.

“Los trabajadores del sector viven una situación casi esclavista”

Más de medio millar de trabajadores del transporte se manifestaron ayer –dentro de este paro de ámbito gallego– en una convocatoria que tuvo lugar en la estación de buses de la intermodal. Pese al control policial, los sindicatos convocantes (CC OO, CIG y UGT) niegan roturas o pinchazos a vehículos que denuncia la patronal pues “no hubo que forzar, el paro fue espontáneo, y con una participación masiva, por el gran malestar de los trabajadores, con una situación laboral de casi esclavismo”, indicó Tito Pumar, de CC OO. Eso les anima a seguir y afirman que se harán movilizaciones más intensas si no se negocia ese convenio digno. Son casi 800 trabajadores en el sector en la provincia, de ellos 500 conductores. Lamentan los trastornos a los viajeros, pero recuerdan que llevan 15 días alertando de que se tomaran medidas, como el coche privado en servicios que no se iban a cumplir. “El sector está precarizado. Tienen que ofrecer una negociación colectiva digna, con una subida similar a la del IPC. No se puede empezar a trabajar a las 10 de la mañana y acabar a las 11 de la noche, denuncian. Esa precarización laboral y salarial hace “que no haya relevo, pues no hay conciliación, tiempo libre, se trabaja los fines de semana, cuando las empresas llevan un histórico de rentabilidad que no repercute en las condiciones salariales de los trabajadores”, lamentaba en nombre de los convocantes Tito Pumar.

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