Paquita, Nicanor y Vicentiño ya tienen nueva familia

La parroquia de Seixalbo celebró ayer uno de sus días grandes con el último paseo de Paquita y Nicanor a bordo del “pacamóvil”. El carnaval tiene voz propia en esta zona del concello de Ourense donde reinan las figuras tradicionales mencionadas –que simbolizan la fertilidad– y su hijo Vicentiño –incorporado hace unos años a la familia–. Este esta ocasión, el atuendo escogido para ellos fue similar a los de la película Grease, a lo Olivia Newton-John y John Travolta.

A su alrededor, decenas de vecinos los acompañaron disfrazados de payasos, vikingos, Wally, Mary Poppins, animales de todo tipo, jugadores de la NBA, vaqueros, flamencas o de figuras eclesiásticas, entre otros.

De este modo, a las 17.00 horas comenzó el gran desfile de Entroido que arrancó de Os Barreiros y discurrió acompañados por dos charangas. Un poco después de las 18.00 horas la música continuó al ritmo que marcaban las comparsas con sus coreografías y a las 19.30 horas se ofreció una degustación gratuita de callos para entrar en calor.

A última hora de la tarde se preparó la tradicional quema de los mecos y el ritual de entrega para el próximo Entroido. Al caer la noche se encendió la hoguera en la que ardieron los cuerpos de Paquita, Nicanor y Vicentiño, elaborados con paja.

De las figuras se conservan las máscaras, que se entregan a sus nuevas familias para que las custodien todo el año, hasta el Entroido de 2024. Antiguamente se encargaba esta tarea a las parejas jóvenes con la idea de que concibiesen un hijo durante este período.

Hoy Seixalbo despide el Entroido con entierro y sardiñada, a partir de las 21.00 horas. También se repetirá el ritual del entierro de la sardina en Ribadavia, Viana do Bolo, Xinzo de Limia, O Barco de Valdeorras, Entrimo, Bande, Baños de Molgas y Ourense.

14.000 orejas para despedir el entroido los más dulcemente posible

La Praza Maior se llenó ayer –en la última jornada festiva del entroido de este año– de ourensanos que acudían en busca de su oreja de carnaval. La sorpresa para muchos fue agradable al descubrir que se repatían dos por cabeza.

Las colas empezaban a ser largas nada más comenzar el reparto a las 18.30 horas y desde el gobierno local se cifró el número total de dulces que se repartirían en 14.000 unidades.

También los más pequeños pudieron disfrutar de la última tarde de fiesta infantil con juegos populares y un taller de maquillaje.

A última hora de la jornada el público se animó a bailar al ritmo que marcó la orquesta París de Noia, junto a la Alameda.