La Asociación Agrogandeira Apícola e Forestal de Bande, formada por 32 apicultores, ha localizado en varias aldeas de las montañas de la Serra do Xurés las abejas más puras de la zona. Estas cepas, de las que ya se han tomado muestras, son objeto de estudio en los laboratorios de la Universidad de Vigo, en el marco de un proyecto piloto que tiene por objetivo mejorar la genética de las abejas del parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés e introducir innovación tecnológica para mejorar la producción y evitar enfermedades. La iniciativa está financiada con fondos europeos y cuenta con la colaboración del centro de investigación apícola de la Universidad de Vigo.

El colectivo, junto con la Asociación Sectorial Forestal Galega, Asefoga, presentó este jueves los resultados del primer año de desarrollo del proyecto, centrado en localizar las cepas autóctonas que servirán de base para mejorar la genética de la abeja del Xurés. Cuentan con ocho, identificadas en las aldeas más aisladas de la alta montaña, “a las que se entra y sale por la misma carretera”, señala Xurxo Domínguez, de la asociación. Este aislamiento es el que ha permitido también que la abeja, trabajada por apicultores locales no profesionales, se desarrolle sin contaminación genética. De estas ocho cepas, que ya se están analizando en los laboratorios del campus, se seleccionarán dos. “El objetivo último es identificar las mejores cepas en la comarca y criar masivamente reinas para entregarlas a los apicultores de la zona”, explica Xurxo. El reto es lograr una abeja autóctona más resistente a la varroa y más fuerte ante especies invasoras como la velutina.

Salgueiros, Portela do Home, Olelas, A Fraga o Calvos son algunos de los lugares en los que se localizaron las cepas que servirán de base para la puesta en marcha del centro de cría.

El segundo año de proyecto se centrará en la cría y la digitalización del proceso apícola mediante instalación de sensores en las colmenas para el control de peso, humedad y entrada de miel, una innovación que permitirá desarrollar una apicultura más sostenible, ya que se podrán prevenir enfermedades, reducir los tratamientos veterinarios y aumentar la producción.