Dos milenios después, como en el año 137 antes de Cristo, el general Décimo Junio Bruto se aventuró en primer lugar para demostrar a su legión de soldados de Roma que no había razón para temer por una pérdida súbita de memoria al atravesar las aguas del Limia. Las tropas invasoras veían en el entorno lo más parecido al legendario “Lethes” o Río del Olvido que, según la creencia, borraba los recuerdos a todo aquel que se adentrara en el cauce.

Los figurantes romanos, cruzando el Limia para recrear un evento histórico del 137 a.C. FERNANDO CASANOVA

Hoy el Limia, además de estar afectado por la explotación agrícola, es uno de los ríos de Galicia que se encuentra en una peor situación por la sequía.

Según la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, a la altura de Ponteliñares su nivel es muy bajo y el caudal es bajo, mientras que a su paso por Xinzo ha desaparecido –o casi– en varios puntos, algo que solía ocurrir también otros veranos.

Así, e incluso más seco, está el Limia en algunos puntos de Xinzo. FERNANDO CASANOVA

Pese a la escasez más acusada de este año, la recreación del cruce del Lethes, acto central de la Festa do Esquecemento, pudo celebrarse en una zona con agua, en un punto en el que se realizaron trabajos de limpieza de la vegetación.

En los tres días de celebración en Xinzo, el objetivo era recuperar los niveles de afluencia de 2019, antes de la pandemia, de unas 13.000 personas.

Es una batalla sin bajas ni rencores tras la derrota, que está garantizada por mucho que los castrexos se empeñen, porque el resultado se conoce de antemano. La fiesta rememora uno de los procesos del comienzo de la romanización de Gallaecia. Tras la llegada de los romanos al margen izquierdo del Lethes a las 17.30 horas, el general empuñó el estandarte de las águilas de Roma con decisión, se adentró en el agua y llegó a la otra orilla.

El general Décimo Junio Bruta cruza el río con decisión, para animar a las tropas. FERNANDO CASANOVA

Para demostrar a sus hombres que la temida superstición del Lethes era en realidad una falacia, Bruto fue llamando a sus soldados por su nombre, uno a uno. Así se desmentía el mito y se franqueaba el acceso a la Limia y, desde allí, a más dominios de Gallaecia.

Los soldados, cruzando uno a uno el Lethes tras ser llamados por su nombre por el general. FERNANDO CASANOVA

El poderío de la legión romana fue inabordable para las tribus nativas, que pese al conocido final saboreaban, este domingo otra vez, una derrota repetida a la orilla del río Limia. El imperio triunfó a más de 30 grados.

Los castrexos, derrotados por la legión romana. FERNANDO CASANOVA

500 participantes recuerdan la historia

La Festa do Esquecemento, que pretende la declaración de Interés Turístico Autonómico, se celebra desde 2001, organizada por la asociación cultural Civitas Limicorum. Xinzo se convierte en un escenario de recreación histórica.

Este año se reorganizaron los espacios en una misma zona, con una nueva distribución del campamento romano y castrexo, uno de los más grandes de Europa, en el que han colaborado 500 participantes para recrear la vida y las costumbres de la época, con 19 grupos del lado de los castrexos y 16 de los romanos. El macellum, el mercado artesanal, ha acogido una treintena de puestos.

Como en cada edición, Mai Calaech, la diosa madre que dio origen a Galicia, o Quinto Genicius, jefe del consejo romano que pudo legar el topónimo de Xinzo, convivieron con el nativo Antioco, jefe de los Límicos. La lucha a muerte entre conquistadores y castrexos dio paso a la incineración del caudillo local Beltaine, entre la pena de los derrotados.

Los romanos, en las orillas del Limia. FERNANDO CASANOVA

Las tropas participaron después en el desfile final por Xinzo. Casi a medianoche se apagará el Fuego Sagrado, poniendo el punto y final a tres días de viaje por la historia, con pasacalles musicales, luchas (incruentas ), juegos y talleres.