Una reactivación en el lugar de Fonte do Sapo, próxima a la gasolinera de Ábedes, disparó las alertas este viernes por la tarde en Verín, donde la población todavía trata de recomponerse del horror vivido el pasado miércoles cuando un incendio intencionado con una decena de focos sembró el caos en la villa. La intervención fue rápida y la reproducción quedó controlada, pero no los nervios, que siguen a flor de piel.

“Con lo que se vivió aquí el miércoles no es para estar tranquilos”, señala el alcalde, Gerardo Seoane, que atribuye la reproducción a los rescoldos que todavía quedan en el terreno afectado.

La Consellería de Medio Rural señala en su última actualización que la extinción de este incendio evoluciona favorablemente hacia su estabilización, sin riesgo para núcleos de población, y mantiene en 600 hectáreas la estimación de superficie afectada. En su extinción han trabajado, hasta el momento, nueve técnicos, 35 agentes, 79 brigadas, 39 motobombas, dos palas, una Unidad Técnica de Apoyo, 12 aviones, 12 helicópteros y la Unidad Militar de Emergencias.

El regidor avanzó este viernes que la próxima semana convocará un pleno extraordinario, probablemente el viernes, para aprobar la solicitud al Gobierno de la declaración de zona de emergencia por el incendio. Todavía es pronto para hacer una valoración porque serán los afectados, de manera individual, los que deberán comunicar los daños “una vez autorizada la declaración”, precisa Seoane.

La Fabrica de Sousas, en la que ardieron cajas apiladas, es una de las propiedades más dañadas, al igual que la nave en la que Isaac Chamín guardaba una decena de coches. También se han visto afectados cierres de fincas y casas, y algún galpón, señala el alcalde. La superficie arbolada arrasada por este incendio provocado se concentra sobre todo en Caldeliñas, Vilamaior y A Rasela, donde había pinares antiguos.

También sufrió daños el cableado de telecomunicaciones, que se está reponiendo, y alguna tubería de agua.

El incendio de A Mezquita, controlado

Por otro lado, los efectivos de la lucha contra los incendios dieron ayer por extinguidos los incendios de Calvos de Randín y Maceda, que suman 170,55 hectáreas arrasadas. El primero, originado en la parroquia de Lobás, afectó a 50, y el segundo, en Castro de Escuadro, calcinó 120,55 hectáreas, cuatro arboladas y el resto monte raso.

Además, el operativo dio por controlado, a las 18.50 horas, el incendio declarado en la parroquia de O Pereiro, en A Mezquita, con un balance provisional de 150 hectáreas arrasadas. Para la extinción de este fuego fue necesario movilizar a dos técnicos, 18 agentes, 25 brigadas, 14 motobombas, una pala, dos aviones y tres helicópteros.