El último turno del enfermero Eduardo Alberca tras 44 años en Nefrología
“La calidad de la atención al paciente de diálisis ha avanzado de forma significativa; la evolución tecnológica ha sido impresionante”
![El enfermero Eduardo Alberca, con una máquina de diálisis de 1978 y una actual.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/a0708d6e-29eb-4b89-99b2-eb8dc33e669e_21-9-aspect-ratio_default_1154694.jpg)
El enfermero Eduardo Alberca, con una máquina de diálisis de 1978 y una actual. / CHUO
La pasada fue la última noche en el hospital, el turno de despedida del veterano enfermero Eduardo Alberca Valera (Albacete, 1957), que cumplirá 65 años el 24 de agosto. Estrena la vida de jubilado tras una experiencia profesional completa en Ourense, donde ha desempeñado sus 44 años de servicio, salvo por el tiempo interrumpido por el servicio militar obligatorio.
Los primeros meses, tras titularse en Valencia y una breve estancia de verano en el Clínico de la ciudad del Turia, trabajó en el actual centro de salud Nóvoa Santos de Juan XXIII, que entonces se llamaba Obra Social 18 de julio. Él y dos compañeros enfermeros llegaron a Galicia en un Renault R6 que le dejó el padre de Eduardo.
Desde el otoño de 1978 ha ejercido en el servicio de Nefrología del hospital de Ourense, desde los comienzos de la diálisis, prácticamente. “Estos 44 años de trayectoria han aportado rutina y experiencia, lógicamente. He visto crecer Nefrología, el paso por todas las etapas. Además he sido testigo de la evolución en cuanto a la tecnología y los monitores de diálisis, que ha sido impresionante. El avance en la calidad del paciente ha sido muy significativo”, expone.
![Alberca, con una enfermera compañera de Nefrología.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/ecf660bb-3e8f-427a-8b2b-052b738b550e_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Alberca, con una enfermera compañera de Nefrología. / CHUO
En Ourense la diálisis llevaba pocos años aplicándose. Un internista, Domingo Sánchez Guisande, preguntó a Alberca y a otros compañeros si querrían participar en un proyecto de ampliación de Nefrología. “Dije que sí y en octubre de 1978 empecé”.
Hasta ayer, su última noche en un servicio en el que su mujer, natural de O Carballiño y unos años más joven, también ejerce como enfermera. “Durante años nos hemos dado el relevo del trabajo y de las cosas de casa”.
"En Ourense había muy pocos enfermeros hombres, el 90% eran mujeres. Hoy prácticamente hay paridad"
Este profesional recuerda que “cuando llegué, había discriminación laboral entre hombre y mujer en los turnos de noche. Los hombres hacíamos 4 y las mujeres 3. En Ourense había muy pocos enfermeros hombres, el 90% eran mujeres. Hoy prácticamente hay paridad”.
En buena parte de su carrera, durante 30 años, Eduardo compatibilizó Nefrología con traslados en ambulancia, también para el CHUO.
En la despedida, el sentimiento es agridulce, admite. “Me encuentro físicamente bien pero la pandemia me ha tocado, la he llevado mal. Sin dejar de trabajar, me preocupaba enfermar, noté la falta de movilidad y contacto, perder la relación social y estar siempre con mascarilla”.
Aunque cueste unas semanas adaptarse a la nueva rutina, asume este sanitario, las perspectivas que vienen ahora son interesantes. Como amante de la bicicleta tendrá la agenda más despejada para poder salir con sus compañeros, aunque pese al trabajo ya mantenía la disciplina de hacer rutas unas tres veces por semana.
“Además, me gusta la fotografía y también tendré tiempo para dedicarlo a la familia”, finaliza.
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