En vísperas de la Navidad de 2005, un conductor que había consumido alcohol se empotró contra Daniel Fernández, que iba en moto. Perdió una pierna. Tenía 18 años. Desde su experiencia como víctima, su presencia da testimonio de los riesgos en carretera, de la necesidad de respetar la seguridad vial.
En el marco del programa ‘Ourense educa e involucra’, Fernández y el activista Benito Bouzada, miembro de la Federación Estatal de Técnicos de Educación Vial (Fetevi), informaron y concienciaron este jueves a estudiantes de Secundaria del Colegio Plurilingüe Divina Pastora-Franciscanas de Ourense.
“Los niños y adolescentes siempre creen que nunca les va a tocar, como también lo pensaba yo. Con las charlas y con mi historia ven el daño que puede provocar una imprudencia. Siempre es algo que parece lejano, hasta que te toca. Yo les hablo de todo lo que pasé, como las operaciones o la colostomía, o de los dolores que tengo, y Benito les comenta, por ejemplo, lo que supone ir a una casa a comunicar el fallecimiento de un familiar. Estas iniciativas son fundamentales y considero que deberían estar mucho más implementadas, pero en Galicia solo imparto unas tres charlas al año”, señala Daniel, que también colabora con los cursos de recuperación de puntos para conductores infractores.
El profesor Gonzalo Sánchez, coordinador del proyecto Ecovigilantes de Franciscanas, destaca que aportar a los alumnos adolescentes nociones de educación vial “completa la formación de la juventud, tratando de concienciar contra el consumo de alcohol y drogas, y sus fatales consecuencias en la carretera”.
Bouzada explica que la meta es “llegar con un mensaje de concienciación, prevención e información sobre los factores de riesgo”. El experto impartió una charla, titulada “El antes y después de un siniestro vial”, con diapositivas, buscando el impacto. “El alcohol es un factor de riesgo muy elevado, incompatible con la conducción. También recordamos a los jóvenes la importancia de hacer uso del casco”.
Su experiencia como guardia y la historia real de Daniel muestran con claridad cómo la vida puede cambiar en un segundo.
