Las administraciones públicas ofrecieron su ayuda para la repatriación del cuerpo de Carlos Estévez Álvarez, el empresario emigrante asesinado el pasado sábado en Ciudad de México, pero los deseos de la familia eran el de darle el último adiós en la capital del país mexicano. Así fue, una gran parte de su familias más cercana y también empresarios gallegos afincados en Mexico se acercaron para velar su cuerpo en el céntrico tanatorio de Gayosso de Félix Cuevas. El cuerpo sin vida del emigrante ourensano llegó el pasado domingo durante la tarde-noche y estuvo hasta el martes. Por la sala A del tanatorio pasaron muchas personas cercanas para compartir el dolor de la familia y también para darle todo el apoyo posible en los momentos tan duros que están pasando. Personas cercanas a la familia dicen que “están destrozados y muy dolidos” y que al menos una parte de su familia, como su madre, un primo y una cuñada no pudieron asistir al funeral, ni despedirse de él, ya que estaban pasando el luto en Casar do Nabo, una localidad del municipio de Avión.

Tras velar el cuerpo, la familia, conocidos y amigos guiaron el cuerpo hasta el Panteón Español en México donde recibió el último adiós de todos. En lo referente al trágico suceso, las autoridades policiales de México se centran en identificar a los autores del asesinato del emigrante ourensano, sin que trascienda ninguna información más al respecto. Una fuente familiar explica que no conocen más detalles de lo sucedido y que no tienen más noticias de avances en la investigación policial que buscan en testigos y cámaras del establecimiento donde sucedió alguna pista que pueda indicar quienes fueron los perpetradores de la muerte de Carlos Estévez Álvarez. Una situación difícil y complicada, pero en la que las autoridades están poniendo todos los medios con el fin de progresar en las pesquisas que les lleven a alguna indagación.

El emigrante ourensano fue uno de los 29 ourensanos en la diáspora que lleva fallecido a manos de cárteles, mafias o bandidos que atracan, extorsionan o amenazan a los que intentana buscar un futuro en el país. Tanto el fallecido como su hijo tenían negocios hoteleros en el país mexicano y eso, junto con el ánimo de apropiarse de lo ajeno de los agresores, llevó a que varias personas lo atracaran y también que lo hirieran a balazos hasta la muerte. Las investigaciones policiales continuarán su curso y la familia espera que se halle a los presuntos culpables de tal aberración.