“Bienvenidos al CEIP Vistahermosa. Intentaremos que vuestra estancia aquí sea la mejor posible. Al principio tendremos algunas dificultades por el problema del idioma, pero con la capacidad de estos niños y niñas saldremos todos adelante”.
Y con esta intervención de José Manuel Alonso, el jefe de estudios, respondió con un aplauso el alumnado, que recibió a sus nuevos compañeros en el vestíbulo del centro, adornado con globos con los colores de Ucrania, y con corazones con las banderas de ese país y de Galicia.
"Nuestro objetivo es integrarlos y que se sientan a gusto. Los otros niños están muy ilusionados"
Once niños refugiados iniciaron este miércoles su etapa escolar en el colegio público del barrio que los ha acogido, a apenas 500 metros del Seminario Menor de Ourense, donde residen 58 de las 96 personas que llegaron a la provincia, para escapar de la guerra, gracias a la expedición humanitaria SOS Ternópil Galitzia.
“Somos un colegio pequeño pero el capital humano del profesorado y del alumnado es muy bueno. Tenemos muchísimas actividades y estamos encantados de que escogierais este centro. Los niños y las niñas están muy ilusionados”, subrayó el jefe de estudios.
Uno a uno, fue nombrando a los nuevos alumnos y presentando a las profesoras que trabajarán con ellos. Cada bienvenida se saldaba con aplausos de sus compañeros a partir de ahora. También surgieron abrazos espontáneos, con la empatía y el cariño como lenguajes sin barreras. Acompañados desde el inicio fueron dirigiéndose hacia sus aulas.
“Nuestro objetivo es integrarlos y que se sientan a gusto. Los otros niños están muy ilusionados. Estos tres primeros días, antes de las vacaciones de Semana Santa, serán de periodo de adaptación y, después, haremos una inmersión lingüística”, explicaba Alonso a este periódico, justo antes de la recepción. Se explayó después con las madres, en una reunión.
“El problema va a ser el idioma al principio. Después de Semana Santa volveremos a retomar la actividad normal. El horario del centro es de 9 a 14 horas, aunque estos tres días será de 9 a 12 en Primaria, y de 12 a 14 para los más pequeños, para que vayan estando con su grupo”, explicó el docente, gracias a la colaboración de Daria Rodionova, de 22 años, con estudios en Traducción e Interpretación y especialidad en español e inglés.
Tras huir también ella de la guerra, aquí ayuda a los compatriotas actuando como intérprete. “Están felices pero nerviosos por el idioma”, dice la joven. “Les gusta mucho la escuela, los niños son muy abiertos y quieren comunicar. Las madres están esperando para saber si hay muchas diferencias en el aprendizaje y la estructura de los estudios”, transmitió la traductora.
El idioma, confirma, es su principal inquietud ahora. Quieren salvar esa barrera. “Les preocupa mucho aprender español, pero están abiertos a hacerlo. Quieren aprender y hablar bien”, señala Daria.
La primera excursión
En el CEIP de Vistahermosa hay 154 alumnos de 4º de Infantil a 6º de Primaria. Los 11 menores ucranianos que se incorporan, en distintos cursos según su edad, representan la cuarta parte del número de refugiados de la guerra escolarizados en la provincia.
Hay 25 en los niveles de Infantil y Primaria, 15 en ESO, FP o Bachillerato. En el conjunto de Galicia, la cifra total de alumnos de Ucrania asciende a 214.
El colegio público ofrece a sus nuevos alumnos la posibilidad de asistir al comedor y de realizar actividades extraescolares, por la tarde, que organiza el Ampa. El centro asumirá el coste si los refugiados deciden anotarse, según anunciaron a las madres en la primera jornada.
El CEIP comprará material y facilitará un portátil a varios de estos niños. Las madres reaccionaron con una sonrisa cuando el jefe de estudios informó de que hoy mismo tres de los ucranianos saldrán ya con su clase a una visita al río Lonia, en Mende, para descubrir y estudiar la naturaleza del lugar. Su nuevo colegio los acoge con los brazos abiertos.