Carlos P. P., el hombre condenado en 2021 a 12 años de prisión por atropellar mortalmente en septiembre de 2019 a un motorista de 37 años, circulando sin carné y a 125 km/h, el doble de lo permitido –los hechos fueron castigados como un crimen, al ser considerados como un delito de homicidio–, ha vuelto a reincidir al volante.

El magistrado de Instrucción 1 de Ourense, Leonardo Álvarez, en funciones de guardia, dictó este pasado martes prisión provisional por dos delitos contra la seguridad vial y un delito contra el orden público. La Policía Local de Ourense realizaba un control poco antes de la medianoche del lunes al martes en la Avenida de Zamora. Carlos P. P., que circulaba en un Seat Ibiza a las 23.45 horas, presuntamente hizo caso omiso a la orden que efectuó uno de los agentes con un cono luminoso para que se detuviera, y además lo atropelló después de acelerar la marcha. El policía terminó en el capó, golpeándose con él antes de caer al suelo.

Se salió de la vía, quedó atascado y golpeó con su puerta un coche de la Guardia Civil

El individuo emprendió la fuga y fue perseguido por los agentes, una vez que el atropellado, herido leve, se levantó del suelo. Huyó a gran velocidad por la carretera de Seixalbo, mientras la patrulla le hacía indicaciones con los dispositivos luminosos para que se detuviera. Siguió por O Cumial, por la OU-105, y cogió la carretera OU-515 en dirección a Currás-Rante, en el municipio de San Cibrao das Viñas. Para intentar ocultarse apagó las luces durante la fuga, lo que hizo que los policías lo perdieran de vista unos momentos.

Una dotación de la Guardia Civil que colaboraba en la búsqueda observó a la altura del kilómetro 223 de la N-525 a un vehículo que iba sin luces. Los agentes le hicieron indicaciones y, cuando las encendió, se dieron cuenta de que se trataba del vehículo huido. El conductor aumentó la velocidad e hizo un trompo, girando 180 grados y prolongando la fuga.

Iba al volante a pesar de que permanece privado por la justicia del permiso de conducir

Más adelante, tras una frenada brusca, el infractor se salió de la vía y se quedó atascado en el arcén. Los agentes lograron ponerse en paralelo, momento en que, según las autoridades, el individuo abrió la puerta bruscamente, golpeando el vehículo del instituto armado, al que ocasionó daños en la defensa, el capó y la parrilla delantera. Pero quedó cercado entre la puerta de su coche y el de la Guardia Civil. Ahí se terminó su peligrosa huida.

El juez: "Si no ingresa en prisión podrá sustraerse a la acción de la justicia"

El detenido portaba un permiso de conducir a nombre de otro hombre, y se identificó en todo momento como él, según las autoridades. Carlos P. P. iba al volante a pesar de que permanece privado por la justicia del permiso de conducir.

Otras causas pendientes

El magistrado acuerda la medida de prisión provisional al tener en cuenta “el evidente riesgo de fuga” del investigado, contra el que ya constaban una requisitoria de detención por un delito contra la seguridad vial, y otra de detención e ingreso en prisión por un delito de lesiones. “Evidencia la dificultad que entraña la localización del investigado. Si no ingresa en prisión podrá sustraerse a la acción de la justicia”, expone el juez Álvarez.

No solo no frenó su turismo tras contactar con especial violencia con la motocicleta, sino que aceleró y, con ello, arrastró brutalmente al motociclista, lo que a buen seguro le causó la muerte”, recoge la sentencia de la Audiencia Provincial que lo condenó a 12 años de prisión por homicidio. El TSXG traficó la condena. El último recurso, el de casación, está en el Tribunal Supremo.