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Los abogados jóvenes, mileuristas con trabas: “Hay clientes que no quieren pagar”

85 profesionales menores de 40 años pertenecen a una agrupación en Ourense que promueve el apoyo entre los compañeros ante los retos de los comienzos

Integrantes de la agrupación de abogacía joven de Ourense. INAKI OSORIO

Unos 700 profesionales de la abogacía ejercen en la provincia, y 85 de estos colegiados son menores de 40 años que pertenecen a la Agrupación de Abogados y Abogadas Jóvenes de Ourense. La entidad, sin ánimo de lucro, promueve la defensa de los intereses profesionales de los nuevos letrados y el desarrollo de actividades formativas. La agrupación brinda apoyo y asesoramiento a los jóvenes abogados ante las dificultades que supone todo comienzo en una profesión.

“Para los que hoy empiezan la realidad es distinta, sobre todo por lo que ha supuesto el COVID. Además está el mismo miedo que tiene cualquier autónomo”, introduce Carmen Silva, secretaria de la directiva. “La realidad es que no somos ni mileuristas muchas veces”, enlaza Bibiana Blanco, vocal.

"Con otros profesionales liberales van y pagan la consulta, pero el abogado parece que tiene que estar suplicando, es una falta de respeto en general"

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“Habrá compañeros que tengan más suerte, si trabajan por ejemplo en un gran despacho, pero la situación para quien trabaja por cuenta propia es como la de cualquier autónomo, con sus gastos fijos, e intentando cobrar, porque a veces hay clientes que no quieren pagar”, añade Yolanda Ramos, la presidenta de la agrupación.

“Muchas veces, el problema no es la falta de trabajo, que acaba entrando, sino cobrar. Y es una dificultad que tenemos cuanto más jóvenes y menos tiempo en la profesión”, considera Silva.

Bibiana Blanco lamenta que se haya perdido “el respeto a la profesión por parte del cliente. Con otros profesionales liberales van y pagan la consulta, pero el abogado parece que tiene que estar suplicando, es una falta de respeto en general”.

“Nuestro trabajo va mucho más allá de lo que cualquier persona pueda encontrar en Google, de la misma manera que uno puede mirar sus síntomas en internet, pero quien opera es un médico”

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Silva coincide: “A día de hoy, la imagen del abogado está muy devaluada y sí es cierto que alguien va a una notaría, al médico o al dentista y lo normal es preguntar qué debo tras un servicio”.

La jura de cuentas es un procedimiento para poder cobrar las minutas a los clientes, “y es algo que por desgracia pasa”, señala la secretaria. “Te aseguro que recurrimos a ella cuando hemos gastado todos los cartuchos. Tenemos una paciencia límite. Antes de que se cumpla el plazo para poder cobrar los honorarios es cuando lo hacemos”, explica la presidenta de la entidad.

Ramos indica que “nuestro trabajo va mucho más allá de lo que cualquier persona pueda encontrar en Google, de la misma manera que uno puede mirar sus síntomas en internet, pero quien opera es un médico”.

“Muchos sábados y domingos se pasan pensando y trabajando en el pleito”

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El trabajo en la abogacía requiere una actualización casi diaria de la normativa en vigor, el estudio de los asuntos, planear una estrategia legal y, en definitiva, bastante más tiempo que el que el cliente comparte en las consultas en el despacho o en sala, el día del juicio o de una declaración.

“Un MIR tiene a otro médico al lado, pero en un juicio estás sola desde el primer día”

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“Hacemos una atención presencial, más telefónica, más todas las horas de dedicación encima de un procedimiento hasta que termina”, resume Ramos. “Y cuando te despiertas por las noches pensando en un caso”, anota Silva. “Muchos sábados y domingos se pasan pensando y trabajando en el pleito”, completa la presidenta de la agrupación.

Integrantes de la directiva de la Agrupación de Abogados y Abogadas Jóvenes de Ourense, en la sede del Colexio da Avogacía. INAKI OSORIO

El tiempo, los golpes y la práctica, enlazan los integrantes de la agrupación, va configurando la destreza en el estrado de un abogado. No suele ser innato. “Un MIR tiene a otro médico al lado, pero en un juicio estás sola desde el primer día”, compara Blanco. “Estás sola contra el toro, y la cornada irá por donde tenga que ir”, coincide Ramos.

“Cuando llegas a la profesión, no sabes prácticamente nada y te empapas de todo. Tienes fuerza y frescura. Creo que es fundamental el trato con el resto de compañeros, incluso aunque sean contrarios están aprendiendo de la forma de preparar los escritos y actuar”, valora Bibiana Blanco.

“Hay trabajo para todo el mundo y bastante compañerismo. Es una realidad laboral distinta al individualismo que se notaba en Derecho”

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“Lo fundamental es el respeto por uno mismo, el cliente y el compañero, y después la honestidad, la lealtad, la profesionalidad”. Son los valores que la presidenta considera claves para este oficio.

Se ha hecho más habitual que algunos de los nuevos abogados opten por trabajar en casa y consultar a los clientes en el Colexio da Avogacía, que cede espacios. “Lo vengo notando sobre todo tras el COVID. Conozco casos de varios compañeros en esa situación, mientras que hace unos años era habitual alquilar una oficina y estar un tiempo solo antes de llegar a asociarse”, indica Silva.

Ser joven y ser mujer, comparten, aumenta las dificultades en la abogacía. Hay paternalismo y machismo en ocasiones, denuncian. “Hay gente muy amable que te ayuda en todo y otra que te mina la moral. A mí en una ocasión me dijeron: “Neniña”

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Uno de los objetivos de la agrupación es ofrecer apoyo. “Al principio tienes miedo, piensas: ¿qué hago? Aquí puedes llamar y siempre habrá quien eche una mano”, dice la presidenta. Su impresión es que, en Ourense, “hay trabajo para todo el mundo y bastante compañerismo. Es una realidad laboral distinta al individualismo que se notaba en Derecho”, compara.

Ser joven y ser mujer, comparten, aumenta las dificultades en la abogacía. Hay paternalismo y machismo en ocasiones, denuncian. “Hay gente muy amable que te ayuda en todo y otra que te mina la moral. A mí en una ocasión me dijeron: “Neniña”, y por algún compañero me consta una frase del estilo: “Me tenías que pagar tú a mí, que estás aprendiendo conmigo”, relata Ramos.

La directiva promueve una modificación de los estatutos para permitir que se integren letrados de más de 40 años pero que empiezan en la profesión. “Da igual que tus inicios sea con 25 o con 50, porque tendrás los mismos miedos y dificultades”, finaliza la presidenta.

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