Cuando un investigado ingresa en prisión provisional y está vacunado solo debe pasar cinco días de cuarentena, alejado de la rutina con los otros internos, mientras que los que no han recibido ninguna dosis o no han completado la pauta permanecen aislados sus catorce primeras jornadas en la cárcel, el periodo que en muchas ocasiones resulta más difícil, por la dura adaptación que supone cambiar la vida en libertad por un medio en el que los horarios, las normas y los actos están pautados.

Cristina R. V., la mujer de 26 años de Cortegada (Ourense) que confesó de forma espontánea ante la jueza haber adormecido con pastillas, asfixiado con la almohada, calcinado y descuartizado a un hombre de 56 años llegado de Cataluña, en agosto, para una relación presencial tras haberse conocido por internet, entró en el centro penitenciario de Pereiro de Aguiar el 23 de diciembre. Tras cinco jornadas en cuarentena, el día 28 fue trasladada al módulo de mujeres de la prisión provincial de Ourense.

La joven que asfixió, calcinó y descuartizó a un hombre en Cortegada, del juzgado a la cárcel

La joven que asfixió, calcinó y descuartizó a un hombre en Cortegada, del juzgado a la cárcel Fernando Casanova

Una veintena de reclusas residen en esa parte del centro. Cristina R. V., que antes de ampliar su confesión dijo al médico y al psiquiatra que había calcinado a un hombre, comparte una celda con otra interna. Por precaución, se le ha aplicado el protocolo de prevención de suicidios.