Algunos digiriendo aún la Nochevieja; otros, más livianos tras una cena y una sobremesa ligeras; todos cumpliendo con la tradición ourensana de la Costa de Canedo, que une en una pronunciada pendiente Cachaxúas y Castro de Beiro, en la periferia norte del municipio de Ourense.
Más que una prueba deportiva en Navidad, casi un rito. El año empieza tirando de pulmones y riñones por esta empinada subida.
Participaron corredores y ciclistas –varios, caracterizados–, y también algunos que bastante hicieron con ir a pie.
Esta cita del día 1 dio el relevo a la San Silvestre de Fin de Año, con 5 kilómetros de carrera por el centro de la capital.