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El campus instalará dos nuevas plantas fotovoltaicas en los edificios de Ferro y Xurídico

La planta fotovoltaica instalada en la azotea del Politécnico se compone de 278 módulos. | // IÑAKI OSORIO

La primera planta fotovoltaica del campus de Ourense está en la azotea del edificio Politécnico y su puesta en funcionamiento ha logrado reducir un 16% la demanda anual de energía a la red eléctrica. Justo al lado, el edificio de Ferro cubre sus necesidades térmicas de calor y frío con un sistema híbrido de geotermia y aerotermia que se estrenó el curso pasado. Ambas instalaciones han ahorrado la emisión de 444 toneladas de dióxido de carbono (CO2) en todo un año, pero la apuesta de la universidad por las energías renovables no se queda aquí.

Ambos sistemas, ejecutados con una inversión de 765.000 euros, a los que se suman la renovación progresiva de la iluminación por luces led y la instalación de puntos de recarga para coches eléctricos, se verán potenciados en los próximos meses por dos nuevas plantas fotovoltaicas de 100 kW cada una que la Universidad de Vigo proyecta instalar en las azoteas de los edificios de Ferro y Xurídico Empresarial.

Javier Rodeiro (izq) en la sala que alberga las cinco bombas de calor del edificio de Ferro. | // IÑAKI OSORIO

La primera, que se presentó a la convocatoria de ayudas del plan Idae 2021, acaba de recibir respuesta afirmativa, por lo que se licitará en las próximas semanas. La segunda, que inicialmente se pensó para una instalación de 40 kW, está pendiente de resolución, por lo que se retrasará unos meses más.

El vicerrector de Planificación y Sostenibilidad de la UVigo, José Luis Míguez, avanza que la planta del edificio de Ferro podría estar operativa el próximo verano y que su puesta en funcionamiento elevará al máximo los niveles de autosuficiencia de este inmueble que ya el pasado curso dio un salto cualitativo al estrenar el híbrido de geotermia y aerotermia. “El consumo eléctrico de las bombas de calor para la refrigeración lo podremos sacar de las placas, habrá días en los que lograremos un edificio autosuficiente”, apunta.

Geotermia-aerotermia

El modelo híbrido de 500 kW realizó sus primeras pruebas en diciembre de 2020 y desde de marzo funciona a pleno rendimiento con cinco bombas de calor agua-agua de aproximadamente 100 kW cada una, y tres unidades exteriores de aerotermia, de 25 kW. Para su instalación fue necesario perforar 36 pozos de 125 metros de profundidad y el test de respuesta térmica arrojó una temperatura media de 18,4º.

“Este es el sistema base de calefacción que tenemos para el edificio de Ferro, pero si bajamos mucho de temperatura seguimos teniendo las calderas de gas que servirán para cubrir picos de consumo”, explica el vicerrector. La previsión, añade, es abarcar el 80% del consumo con la geotermia.

Indicadores de los pozos. | // IÑAKI OSORIO

En paralelo, la planta fotovoltaica del edificio Politécnico, formada por 278 módulos, ha cubierto el 16% de la demanda anual del inmueble. Además, recalca Míguez, “solo hemos tenido un excedente del 3%, esto significa que prácticamente todo lo que produce la planta lo consume el centro”.

En esta línea, el vicerrector avanza que la UVigo ya trabaja en la redacción de una petición para crear comunidades energéticas que permitan que los excedentes generados por estas plantas puedan compensar el consumo eléctrico de los edificios próximos, agrupando todo en la misma factura. “Podemos hacerlo en los campus de Ourense y Vigo y supondrá un ahorro importante”, afirma.

José Luis Míguez: “Queríamos una instalación puntera en cada campus y en el caso de Ourense hemos acertado”

En el plan de mejora de la eficiencia energética y reducción de la huella de carbono que desarrolla la UVigo, la idea, explica el vicerrector de Planificación y Sostenibilidad, José Luis Míguez, “era tener en cada campus una instalación representativa y puntera”. En el caso de Ourense, añade, “hemos acertado. Hemos montando una instalación híbrida, de geotermia y aerotermia, que es modélica; no existe en ninguna otra universidad”.

En una ciudad como Ourense, singular por su potencial termal, “es lógico intentar aprovechar los recursos propios”, añade. En términos globales, el conjunto de la UVigo ha reducido un 8% su huella de carbono con las instalaciones ya en marcha. El retorno de la inversión en el campus de Ourense, teniendo en cuenta que el 80% fue subvencionado por el Inega, se completará en un plazo máximo de tres años, según las estimaciones del vicerrectorado. “En un año y medio, la fotovoltaica, y entre dos años y medio y tres la de geotermia”, apunta.

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