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La Audiencia activa el proceso para los juicios con jurado por los crímenes de un preso asesinado y el Bar Novo

Es probable que no se celebren antes de 2022

El cuerpo del preso asesinado fue localizado en diciembre de 2018. // BRAIS LORENZO

Dos crímenes cometidos en 2018 y 2020 en Ourense serán resueltos por dos tribunales del jurado en los próximos meses, probablemente no antes del comienzo de 2022, debido al tiempo necesario para seleccionar a los 36 aspirantes iniciales a cada uno de los jurados, quienes aún podrán formular excusas hasta la conformación de una selección de nombres en torno a la veintena. De ese listado para cada uno de los juicios todavía se prescindirá de algunos citados mediante las recusaciones de las partes previa al inicio de la sesiones del juicio.

Nueve titulares y dos suplentes quedarán asignados, en ambos casos, al enjuiciamiento del crimen del Bar Novo, fruto de una discusión por la cantidad de droga en una venta –ocurrió en febrero de 2020–, así como al esclarecimiento de la muerte violenta de un recluso que estaba a punto de saldar una condena por el triple asesinato de su familia en los años noventa, y que presuntamente fue víctima de dos conocidos de la cárcel que se gastaron el dinero de la herencia de su madre. Este crimen fue cometido en un permiso de salida, en agosto de 2018.

Los expedientes de ambos procedimientos han llegado a la Audiencia Provincial de Ourense, que ya ha activado los trámites para la celebración del juicio. Todavía no se ha señalado la fecha para ninguno de ellos, pero sí han sido designados los respectivos ponentes. El del crimen del preso asesinado es Manuel Cid Manzano. La del Bar Novo, Ana del Carmen Blanco. Los dos magistrados se encargarán de estudiar las peticiones de prueba de cada una de las partes, para establecer cuáles proceden y, en base a la organización necesaria para celebrar la vista, fijar las fechas. Comunicarán su decisión en el denominado auto de hechos justiciables.

A Fernando Iglesias Espiño, natural de Silleda (Pontevedra) y de 63 años, le faltaban apenas 2 años más de prisión para saldar una condena de 25 por el crimen de su mujer e hijos, cometido en Gran Canaria en 1996. Tras 80 permisos de salida sin incidencias, en agosto de 2018 Fernando Iglesias no regresó al centro penitenciario. No se trataba de un quebrantamiento de condena, sino de un crimen.

En diciembre de ese año, la Guardia Civil detuvo a sus presuntos asesinos: dos hombres a los que había conocido en prisión y con los que entabló amistad. En la granja que uno de ellos regentaba en Maside trabajaba a cambio de comida y un lugar donde dormir en sus salidas.

Fue golpeado con un objeto contundente en la cabeza. El cuerpo sin vida fue soterrado en un monte de Piñor. Presuntamente, los encausados se apoderaron de varias de las tarjetas de su amigo tras matarlo. Entre el 11 y 24 de agosto de 2018, en once días, retiraron un total de 22.490 euros. La Fiscalía solicita una condena de 22 años de prisión para los acusados Francisco G. J. H. y de 23 para Óscar G. L. El abogado que representa al hermano del fallecido eleva la petición a 24 y 25 años de cárcel, respectivamente.

El del Bar Novo fue un crimen por la droga. El acusado es Jonatan R. P., que se enfrenta a una petición de 12 años. Acudió al local a comprar cocaína. Llevó una pistola detonadora. El homicida, que admite los hechos, solicitó al hostelero y presunto traficante que le entregara 4 gramos de cocaína.

Sin embargo, Evaristo M. solo le entregó 2 gramos puesto que el acusado le debía dinero de compras anteriores, según la Fiscalía. Durante una fuerte discusión, el acusado presuntamente lo golpeó en la cabeza con la pistola y, después de coger una botella de cristal del suelo, la rompió y la empleó para clavársela en el cuello varias veces.

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