Es la original medida que lleva poniendo en practica durante todo este verano la ciudad de As Burgas. El objetivo: disuadir a los jóvenes que hacen botellón en la calle, una vez que los bares bajan la verja. Se trata por tanto de disolver las aglomeraciones que se forman en el casco antiguo de Ourense durante las noches del finde semana, y así minimizar el riesgo de contagios COVID.

El camión de la concesionaria de limpieza hace rondas por la zona de marcha, y pone en funcionamiento su sistema de agua a presión, que además de baldear las calles, consigue 'presionar' a los rezagados que siguen de fiesta, una vez que el ocio oficial se ha terminado.

No todos los fines de semana del verano el concello ha tenido que tirar de los manguerazos de la empresa de limpieza. En ocasiones bastó con la presencia policial y sus avisos lumínicos, y en otras, con las fuertes medidas restrictivas de la Xunta que limitaron al máximo el ocio nocturno durante algunos tramos de esta época estival. No así este pasado primer fin de semana de septiembre, cuando la máquina de riego volvió a "patrullar", y a chorrear contra el botellón en Ourense.