Tragedia en los Picos de Europa. El escalador gallego de 52 años, Alfonso Vega, “Chete”, natural de Ourense y vecino de Tui, perdió la vida este miércoles después de caer 30 metros mientras hacía rápel para bajar la vía normal del Pico de Cabrones. La terrible escena fue contemplada por su mujer, Elena Vasconcellos, de 48 años, y su hija Alicia, de 10, que estaban bajando el pico junto al infortunado.

Ingeniero de profesión, este ourensano afincado en la ciudad fronteriza, escalaba desde los cinco años, según aseguró su mujer, que ayer, traspasada de dolor, realizaba en el HUCA los trámites para trasladar los restos de su marido a Galicia. “Estábamos terminando la ruta, rapelando. Alfonso vio un cordino (una cuerda auxiliar enganchada a la pared) que parecía nuevo y se enganchó, pero se rompió y cayó treinta o cuarenta metros”, relató la tudense Elena Vasconcellos. “Alfonso era un escalador experto”, quiso recalcar la mujer en conversación con LA NUEVA ESPAÑA, periódico que pertenece al mismo grupo editorial que FARO.

El Pico Cabrones, de 2.552 metros de altura, donde ocurrió el fatal accidente. FdV

Tras romperse la cuerda, Vega se precipitó a la grieta del nevero, en la cara oeste del Pico de Cabrones. La mujer, que es sanitaria de profesión, tuvo que hacer de tripas corazón y ganar altura para llegar a una zona con cobertura y llamar por teléfono a los servicios de emergencia. Eran las cinco de la tarde del miércoles. “Después de la caída, Alfonso estaba consciente”, rememora Vasconcellos. A la zona se desplazó rápidamente un helicóptero del Servicio de Emergencias del Principado (Sepa) con una médico rescatadora. Alfonso Vega presentaba un politraumatismo de carácter muy grave. Hacia las ocho de la tarde llegó al HUCA, pero allí no pudieron salvarle la vida.

Mientras tanto, la mujer y la hija quedaron echas un manojo de nervios en el pico junto a un bombero. El helicóptero del Sepa iba a ir a buscarlas, pero se metió la niebla, haciendo imposible la extracción. Tendrían que bajar por su propios medios de este exigente pico. El bombero recabó el apoyo de un guía del refugio de Cabrones, que ascendió hasta el punto donde se encontraban.

Descenso al refugio

Poco a poco, preparando diferentes rápeles, hicieron bajar a la mujer y su pequeña. “Llegamos a las dos de la mañana al refugio de Cabrones, allí pasamos la noche”, contó Elena Vasconcellos. Sería a mediodía de este jueves cuando regresó el helicóptero y trasladó a ambas a Poncebos, donde tenían estacionado el vehículo. De allí se desplazaron al HUCA, donde les esperaba la noticia de la muerte de Alfonso.

Alfonso Vega, con su mujer y su hija, cuando esta última ascendió al Urriellu con solo 5 años en 2016. FdV

Tanto Vega como su mujer y su hija eran expertos escaladores. La niña se hizo famosa hace un lustro cuando, con cinco años, logró la proeza de ascender al Pico Urriellu. Ayer por la tarde, en la sala de espera del área de Urgencias del HUCA, era la pequeña, muy cansada, la que consolaba a su madre, mientras esta realizaba los preparativos del sepelio. Su deseo es que Alfonso sea incinerado.

La mujer trataba de encontrar una habitación de hotel en Oviedo, ya que el traslado de los restos a Galicia no se hará hasta hoy viernes. Numerosas personas le ofrecieron su casa para quedarse esta noche.

El accidente mortal de este miércoles se produjo a muy poca distancia del lugar en el que quedaron enriscados durante dos días los montañeros cántabros Ramón González y José Antonio García. “El punto donde quedaron atrapados está a un kilometro en línea recta en la misma línea del Picu los Cabrones”, explicó el guía de montaña Erik Pérez, profundo conocedor de estos parajes. Los cántabros se confundieron de canal cuando pretendían llegar a la Collada del Agua y de allí enlazar con el refugio de Cabrones.

Durante dos días estuvieron sobre una repisa de dos metros con un patio de treinta metros ante ellos, con dos barritas energéticas como único alimento, sin ropa adecuada y sufriendo temperaturas bajísimas, que hicieron que tuviesen síntomas de hipotermia, hasta el punto de que afirmaron que no hubiesen podido soportar una noche más al raso.

Y no ha sido el único accidente registrado en las inmediaciones del refugio en los últimos días. Una montañera de 36 años fue rescatada el día 8 tras pasar la noche del domingo en la montaña debido a un traumatismo en la espalda, de pronóstico reservado, que se produjo al caer cuando se dirigía al refugio de Cabrones. La mujer tuvo que permanecer en el lugar del accidente, a 2.000 metros de altura, hasta la llegada del helicóptero de rescate. Eso sí, estuvo asistida en todo momento por una médico rescatadora, que le facilitó los cuidados adecuados.